Con la ayuda de gráficos poco alentadores, el mandatrio republicano contradijo sus declaraciones pasadas sobre la pandemia y ofreció un frío retrato de lo que vendría en su país en las próximas semanas: un aumento exponencial del número de casos y de muertos por el Covid-19.
Trump, junto a Anthony Fauci y Deborah Birx, sus dos principales asesores científicos en la gestión de la pandemia, trató de aparecer como un dirigente unificador frente a la tragedia nacional. “Nuestro país se enfrenta a un desafío sin precedentes en su historia”, declaró, y llamó a los estadounidenses a “hacer sacrificios” en el periodo “muy doloroso” que les tocará vivir.
El repentino cambio de tono del presidente suscita dudas sobre si será capaz de mantener esa actitud o si retomará rápidamente sus declaraciones de campaña o sus ataques contra los gobernadores que no coinciden con sus decisiones sobre la crisis.
La respuesta se verá en los próximos días o semanas, pero la transformación, temporal o no, fue espectacular. “Es una gripe estacional”, declaró Trump el 27 de febrero. “No es una gripe estacional”, dijo el martes último para luego enfatizar: “Es algo cruel”.
MINIMIZAR AMENAZA. Para David Axelrod, ex asesor del demócrata Barack Obama, aunque haya cambiado de mensaje, “eso no borra el hecho de que el presidente minimizó la amenaza de forma flagrante durante semanas cruciales”.
El análisis de la actitud de Trump ante la pandemia muestra que hubo otros cambios repentinos. El 11 de marzo anunció en forma confusa el cierre de las fronteras a todos los viajeros procedentes de Europa, salvo los estadounidenses. Luego, el 13 de marzo, cuando declaró el estado de emergencia nacional desde los jardines de la Casa Blanca.
“¡Tome conciencia de la gravedad de la crisis y actúe en consecuencia!”, dijo el lunes último el presentador de radio Mike Francesa al presidente.
El martes, Trump se mostró preocupado por la amenaza sanitaria que se cierne sobre EEUU e insistió en medidas de distanciamiento social.
213.372 tienen Covid-19 en EEUU, enfermedad que ya causó la muerte de 4.747 personas, según el centro JHU.