“¿Habrá algo de dolor? Sí, quizás (¡y quizás no!). Pero haremos EEUU grande de nuevo y todo merecerá el precio a pagar”, escribió el mandatario en mayúsculas en su red social Truth Social, e instó a sus tres mayores socios a “hacer su producto en EEUU y no habrá aranceles”.
Trump, que dirigió su mensaje a un supuesto lobby globalista contra los aranceles, aseguró que EEUU “subvenciona” a otros países y que estos “pagan una pequeña fracción del costo que los ciudadanos estadounidenses pagan por los medicamentos y (productos) farmacéuticos”.
Y volvió a reclamar la anexión de Canadá en otro mensaje, en el que afirmó que EEUU no necesita los recursos ni productos de su vecino y que, sin ese “subsidio”, “dejará de existir como un país viable”.
El mandatario, que pasó el fin de semana en sus propiedades de Florida, insistió en que EEUU tiene “grandes déficits” con Canadá, México y China, que estos permiten la entrada de “delincuencia” y “drogas venenosas”, y agregó que es hora de dejar de ser “el país estúpido”.
Los aranceles de Trump amenazan con llevar a EEUU a una guerra comercial a tres bandas, pues los tres países afectados han hecho caso omiso a las advertencias de Trump de que aumentará sus gravámenes si tomaban represalias y las han prometido con mayor o menor concreción.
REPRESALIAS. Ante los aranceles, los tres países han prometido represalias, mientras los analistas han advertido que una guerra comercial podría frenar el crecimiento de Estados Unidos y elevar los precios al consumo en el corto plazo.
Desde antes de su investidura, Trump reclama que los países no toman medidas suficientes para frenar la migración irregular y el tráfico de fentanilo, un opioide mortal, hacia Estados Unidos.
Washington anunció la imposición de aranceles aduaneros del 25% a México hasta que “coopere con Estados Unidos en la lucha contra las drogas”, porque asegura que los cárteles mexicanos “son los principales traficantes mundiales de fentanilo, metanfetamina y otras drogas” hacia Estados Unidos.
El mandatario y sus asesores se han resistido a reconocer que las tarifas pueden aumentar los precios estadounidense, después de que la frustración ante la inflación fuera un factor clave en su victoria sobre la demócrata Kamala Harris en noviembre pasado.
Aparentemente buscando limitar un repunte en los precios de los combustibles y la electricidad, Trump puso el gravamen a las importaciones de energía de Canadá en solo el 10%.
En otra publicación, Trump reiteró que Canadá se convierta en un estado de Estados Unidos, aumentando las tensiones con uno de sus aliados más cercanos.
Estados Unidos paga “cientos de miles de millones de dólares para subvencionar a Canadá”, afirmó Trump. “Sin este subsidio masivo, Canadá deja de existir como un país viable”.