“Este es un movimiento. Si no le ponen fin, va a empeorar más y más. El único momento en el que triunfa es cuando ustedes son débiles, y la mayoría de ustedes son débiles”, dijo Trump durante una llamada telefónica con los gobernadores de los distintos estados del país.
“Tienen que arrestar a la gente, tienen que seguir la pista a la gente, tienen que meterles en la cárcel durante diez años y nunca verán este tipo de cosas de nuevo”, subrayó Trump, según una grabación de la conversación privada obtenida por la cadena CBS News y confirmada por otros medios.
El mandatario se quejó de que los gobernadores “no están haciendo uso” de los militares para reprimir las protestas, en aparente referencia a los reservistas de la Guardia Nacional que han activado varios estados.
“Tienen que dominar (a los manifestantes), si no les dominan, están perdiendo el tiempo. Van a arrollarles, y ustedes van a parecer una panda de idiotas. Tienen que dominarles”, insistió Trump.
“Cuando otros países ven esto, están viendo esto, al día siguiente (dicen), ‘guau, realmente son unos pusilánimes (los líderes de EEUU). Y no podemos ser unos pusilánimes. Tenemos todos los recursos, no es como si no los tuviéramos. Así que no entiendo lo que están haciendo ustedes”, continuó.
Las palabras del presidente dejaron helados a algunos de los participantes en la llamada, uno de los cuales describió el tono que adoptó el mandatario como “desequilibrado”, según CBS News.
Las protestas a nivel nacional comenzaron tras la muerte hace una semana en Mineápolis del afroamericano George Floyd, después de que un policía blanco lo inmovilizase, ya esposado, con la rodilla en el cuello durante varios minutos, pese a sus ruegos de que no podía respirar.
Aunque las manifestaciones suelen comenzar en un ambiente pacífico, muchas de ellas han derivado luego en disturbios e incidentes con las fuerzas de seguridad, pese a la declaración del toque de queda en al menos cuarenta ciudades del país y la activación de la Guardia Nacional en quince estados y en la ciudad de Washington, la capital.
El margen de maniobra de Trump para hacer frente a las protestas es limitado, debido a la naturaleza del sistema federal de EEUU ya que una ley de 1878 le impide usar a las fuerzas armadas federales para tareas de seguridad y orden público a nivel nacional.
Aunque en algunos casos los policías y militares han utilizado la fuerza, las balas de goma o el gas pimienta para dispersar las protestas en distintas ciudades, la estrategia en muchos casos ha consistido en rodear a los manifestantes y apostar por su desgaste y desistimiento.