Los responsables económicos del Gobierno de Trump desfilaron ayer por las grandes cadenas de televisión con un mismo mensaje: existen protocolos para minimizar el riesgo de volver al trabajo y es necesario hacerlo cuanto antes para paliar los estragos del parón económico.
AMENAZA. En la cadena conservadora Fox, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, reconoció que reactivar la economía podría suponer una amenaza para la salud de los estadounidenses, pero consideró que no habrá “un riesgo considerable” si se hace con cuidado.
“De hecho, creo que existe un riesgo considerable si no reabrimos. Estamos hablando de un daño económico permanente para el pueblo estadounidense. Vamos a reanudar la actividad de una manera razonada, lo que permitirá la vuelta al trabajo con seguridad”, argumentó.
La Casa Blanca dejó en las manos de los gobernadores y autoridades locales el proceso de reapertura del país, aunque Trump llamó a “liberar” a aquellos estados con medidas más estrictas de confinamiento como Michigan, gobernado por los demócratas. Ahora, 35 de los 50 estados de EEUU ya abrieron playas, restaurantes y peluquerías, mientras que el resto apuesta por la prudencia.
El asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hasset, alertó ayer que la tasa de desempleo llegaría al 20% en mayo, subida abismal comparada con la actual del 14,7% que sitúa el paro a niveles no vistos desde 1930. EFE