Hoy meditamos el Evangelio según San Mateo 16:13-23.
Pedro contestó categóricamente: Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo. Es una afirmación clara de su divinidad, como lo confirman las palabras siguientes de Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Juan, porque no te ha revelado eso ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Pedro debió de sentirse profundamente conmovido por las palabras del Maestro.
Al cabo de tanto tiempo, Jesús sigue siendo para muchos, que aún no tienen el don sobrenatural de la fe o viven apoltronados en la tibieza, una figura desdibujada, inconcreta. Como respondieron los Apóstoles a Jesús aquel día en Cesarea de Filipo, también nosotros podíamos decirle: unos dicen que fuiste un hombre de grandes ideales, otros... Verdaderamente, siguen siendo actuales las palabras del Bautista: En medio de vosotros está uno a quien no conocéis.
(...) Jesucristo es el único camino. Nadie puede ir al Padre sino por él. Solo por él, con él y en él podremos alcanzar nuestro destino sobrenatural. La Iglesia nos lo recuerda todos los días en la santa misa: Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre Omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria... Únicamente a través de Cristo, su Hijo muy amado, acepta el Padre nuestro amor y nuestro homenaje.

(...) Cuando el Señor nos pregunte en la intimidad de nuestro corazón: “Y tú, ¿quién dices que soy yo?”, que sepamos responderle con la fe de Pedro: Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo, el Camino, la Verdad y la Vida... Aquel sin el cual mi vida está completamente perdida.
El papa Francisco, a propósito del Evangelio de hoy, dijo: “El Señor Jesús repite a cada uno de nosotros su pregunta: ‘Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?’”. Una pregunta clara y directa, ante la cual no es posible huir o permanecer neutrales, ni postergar la respuesta o delegarla a otro. Pero en ello no hay nada de inquisitorio, es más, ¡está llena de amor! El amor de nuestro único Maestro, que hoy nos llama a renovar la fe en él, reconociéndolo como Hijo de Dios y Señor de nuestra vida. Y el primero en ser llamado a renovar su profesión de fe es el sucesor de Pedro, que tiene la responsabilidad de confirmar a los hermanos”.
(Frases extractadas de http://www.homiletica.org/francisfernandez/franciscofernandez0354.htm y http://es.catholic.net/op/articulos/5039/cat/331/tu-eres-pedro-y-sobre-esta-piedra-edificare-mi-iglesia.html#modal)