Las tropas ucranianas están a la ofensiva en todos los frentes, desde principios de septiembre, y ya han recuperado una parte de Járkov, en el noreste, e importantes ejes logísticos como Izium, Kupiansk y Limán. En esta última localidad, en el este, las tropas de Moscú, casi rodeadas, estuvieron al límite de la catástrofe.
“Las Fuerzas Armadas de Ucrania han liberado más de 400 km2 en la región de Jersón desde principios de octubre”, afirmó la portavoz del comando del ejército del sur ucraniano, Natalia Gumeniuk.
El presidente, Volodimir Zelenski pidió a los dirigentes europeos reunidos en una cumbre en Praga que continúen con la ayuda militar en Kiev para que “los tanques rusos no avancen sobre Varsovia o sobre Praga”.
“Hay que castigar al agresor”, dijo, siete meses después del inicio de la invasión rusa a Ucrania.
Desde el 1 de octubre, las fuerzas de Kiev reivindican haber arrebatado 29 localidades a los rusos.
El ejército de Moscú aseguró, por su lado, en su informe diario que “el enemigo fue rechazado de la línea de defensa de las tropas rusas” en esta misma región de Jersón.
Este jueves el director del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, estuvo en Kiev antes de viajar a Moscú.
Grossi defiende la creación de una “zona de protección” alrededor de la central nuclear de Zaporiyia (sur), blanco de disparos. Además dijo que, para él, es “evidente” que la central pertenece a Energoatom, el operador ucraniano, pese a que formalmente fue anexionada por Rusia. AFP