En la devastada localidad de Bucha, Ucrania, en los alrededores de la capital ucraniana, fueron hallados en fosas comunes los cuerpos de 300 civiles, después de que las tropas rusas se retiraran de la zona.
El ministro ucraniano de Exteriores, Dmytro Kuleba, acusó a Rusia y sus soldados de “masacre deliberada” y dijo que Moscú quiere “eliminar a tantos ucranianos como puedan”.
“Región de Kiev. El infierno del siglo XXI. Los cuerpos de hombres y mujeres que murieron con las manos atadas. Los peores crímenes del nazismo están de regreso en Europa. Esto fue hecho de manera deliberada por Rusia”, tuiteó de su lado un consejero de la presidencia ucraniana, Mijailo Podoliak.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, condenó este domingo las “atrocidades llevadas a cabo por el ejército ruso” con el hashtag "#BuchaMassacre”, en inglés.
“La UE ayuda a Ucrania y a las ONG a reunir las pruebas necesarias para (llevar a cabo) acciones ante los tribunales internacionales”, advirtió Michel.
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La ministra británica de Exteriores, Liz Truss, exigió por su lado una “investigación por crímenes de guerra” y el vicecanciller alemán Robert Habeck pidió más sanciones contra Rusia.
Periodistas de AFP vieron el sábado al menos 20 cuerpos, todos con ropa civil, tendidos por una calle.
Tres de los cuerpos estaban enredados en bicicletas, mientras otros cayeron cerca de vehículos aplastados o con agujeros de bala.
Uno tenía las manos atadas a la espalda y su pasaporte ucraniano estaba abierto junto a su cuerpo, dijeron periodistas de AFP que accedieron a Bucha.
“A toda esta gente le dispararon”, dijo a AFP el alcalde de Bucha, Anatoly Fedoruk. “Estas son las consecuencias de la ocupación rusa”, lamentó.
La CPI ya abrió recientemente una investigación por posibles crímenes de guerra cometidos en Ucrania, y algunos líderes occidentales, incluido el presidente estadounidense Joe Biden, calificaron al presidente ruso Vladimir Putin de “criminal de guerra”.
El presidente ucraniano Volodimir Zelenski también acusó a los soldados rusos de plantar minas y otras trampas al retirarse del norte de Ucrania.
“Están dejando atrás un completo desastre y muchos peligros (...) Primero, los ataques aéreos podrían continuar. Segundo, están minando todo el territorio, minando casas, equipos, incluso los cuerpos de personas que mataron”, dijo Zelenski el sábado en un mensaje de video.
Odesa bombardeada
En Odesa, el principal puerto de Ucrania en el mar Negro, se escucharon explosiones a primera hora de la mañana de este domingo, según constataron periodistas de AFP, y Rusia dijo haber destruido una refinería y depósitos de combustible.
“Esta mañana, misiles marítimos y terrestres de alta precisión destruyeron una refinería y tres depósitos de combustible y lubricantes cerca de la ciudad de Odesa”, indicó el ministerio de Defensa ruso en Moscú.
Las instalaciones suministraban combustible a las fuerzas ucranianas en dirección a la ciudad de Mikolaiv, más al este, agregó.
Tras esas explosiones, que se sintieron hacia las 06:00 (03:00 GMT), se vieron columnas de humo negro en una zona industrial de esta ciudad portuaria, indicaron periodistas de la AFP en Odesa.
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Fue un ataque con cohetes que no dejó víctimas, afirmó en un comunicado oficial del mando regional Sur, Vladislav Nazarov.
Esta ciudad histórica del sur es considerada estratégica por su puerto de gran tamaño que permite acceso al mar Negro y al resto de Ucrania.
Los esfuerzos rusos por consolidar su control en el sur y este de Ucrania se han visto socavados hasta ahora por la resistencia en Mariúpol, pese a las semanas de ataques devastadores.
Al menos 5.000 personas han muerto en el asedio de esa otra ciudad portuaria del sur del país, según las autoridades locales, mientras que las 160.000 que siguen allí sufren carencias de alimentos, agua y electricidad.
En otra ciudad del sur, Enerhodar, bajo control ruso y que tiene la mayor central nuclear de Europa, un oficial ucraniano dijo que las fuerzas rusas dispararon contra manifestantes pacíficos y dejaron cuatro heridos.
La ONU busca un alto al fuego
Por su parte, el enviado del secretario general de la ONU Antonio Guterres, Martin Griffiths, busca este domingo en Moscú un alto al fuego en los combates, que según Ucrania han dejado ya 20.000 muertos y cerca de 10 millones de desplazados.
En una posible señal de avance para poner fin a los combates, el jefe de los negociadores rusos en las conversaciones de paz con Ucrania, Vladimir Medinski, elogió el domingo una posición “más realista” de Kiev, dispuesto bajo condiciones a aceptar un estatuto de neutralidad, como pide Moscú.
Medinski precisó sin embargo que un proyecto de acuerdo adecuado no está aún listo para ser sometido a los presidentes de los dos países.
Moscú debe responder a una serie de propuestas ucranianas con vistas a un acuerdo. Kiev propone la neutralidad de Ucrania y renunciar a adherir a la OTAN, pero a condición de que su seguridad esté garantizada por otros países frente a Rusia.
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También propone negociaciones para resolver el estatuto del Donbás ucraniano –escenario desde 2014 de enfrentamientos de Kiev con separatistas prorrusos– y de Crimea.
Esas propuestas fueron hechas durante conversaciones en directo en Estambul, a principios de la semana. Esas negociaciones prosiguieron el viernes por videoconferencia, y una nueva ronda está prevista el lunes, según Medinski.
En Rusia, cientos de personas se congregaron el sábado para protestar contra la guerra. La policía detuvo a 211 personas en varias ciudades, incluyendo a más de 20 en una plaza de Moscú bajo una fuerte nevada, según OVD-Info, un grupo que monitorea los arrestos.