Potentes explosiones se registraron la madrugada del martes en la región de Jersón, una ciudad tomada por los rusos poco después del inicio de su invasión a fines de febrero, y la “casi totalidad” de la zona fue escenario de enfrentamientos intensos, indicó la Presidencia en Kiev.
En Kiev, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, recibió a los inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) que preparan una misión a la central de Zaporiyia, que rusos y ucranianos se acusan mutuamente desde hace semanas de bombardear.
Ante los inspectores, encabezados por el director general del OIEA, Rafael Grossi, Zelenski urgió a la comunidad internacional a obtener “una desmilitarización inmediata” de la planta, la mayor de Europa, ocupada por las tropas de Rusia desde marzo.
Según Zelenski, esto debe incluir “la partida de todos los militares rusos con todos sus explosivos y todas sus armas” y la recuperación plena del control ucraniano de la planta.
En Bereznehuvate, una ciudad a 70 km al norte de Jersón, la AFP fue testigo de un flujo constante de blindados ucranianos, en medio de disparos de artillería en las inmediaciones.
“Les hemos dado bien fuerte”, presume Víctor, un soldado de infantería de unos 60 años.
CONQUISTA LARGA Y COMPLICADA. Su comandante, Oleksandre, un excombatiente soviético de la guerra de Afganistán (1979-1989), prevé que la reconquista de Jersón será “larga y complicada”.
La contraofensiva, que se inició el lunes, permitió destruir “cierto número de depósitos de municiones” rusos y “todos los grandes puentes” que permiten cruzar en coche el Dniéper, indicó la Presidencia ucraniana.
De ese modo, Ucrania espera cortar los canales de aprovisionamiento desde la península de Crimea, anexionada por Rusia en 2014.
Según el ministerio británico de Defensa, “la mayor parte de las unidades [rusas] alrededor de Jersón están probablemente faltas de efectivos y dependen de un suministro frágil por ferry y puentes flotantes”.
Rusia dijo esperar que la inspección se lleve a cabo efectivamente.
El operador de las centrales nucleares ucranianas, Energoatom, denunció que soldados rusos “presionan al personal de la central para impedirle revelar pruebas de los crímenes del ocupante”.
Rusia aseguró el lunes haber rechazado varios “intentos de ofensiva” ucranianos en la región de Jersón y en la de Mikolaiv, más al oeste.
BAJAS. El ministerio ruso de Defensa aseguró el martes que, “debido al fracaso de la ofensiva ucraniana (...), el enemigo sufrió numerosas bajas”, que evaluó en 1.200 en un día. El mando Sur del ejército ucraniano aseveró que los rusos dispararon el lunes sobre Mikolaiv 16 misiles antiaéreos S-300, que causaron “importantes” daños y dejaron dos muertos y 24 heridos civiles.
Ninguna de estas informaciones pudo contrastarse con una fuente independiente.
En cualquier caso, los bombardeos rusos no han cesado a lo largo de la línea de frente, que se extiende del noreste al sur de Ucrania.
En el centro de Járkov, segunda mayor ciudad del país (en el noreste), al menos cinco personas murieron en un bombardeo ruso, según las autoridades locales.
Los ministros de Defensa de la Unión Europea (UE) acordaron el martes en Praga iniciar trabajos preparatorios para la formación de soldados ucranianos por los países del bloque.