El aislamiento obliga a pobladores ribereños a consumir agua cruda del río Pilcomayo. La cantidad de metales pesados dependerá de la temporada, así lo demuestran análisis científicos cuyos valores sobrepasan los límites para la salud. A moradores que no beben de esta fuente, la contaminación igual podría llegarles de manera indirecta a través de la ingesta de animales que se abastecen del caudal. Los informes anuales de la Comisión Trinacional son tratados con hermetismo.
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