“Estamos en una de las épocas más significativas del año y queremos decirte lo feliz que nos hace tenerte a nuestro lado, ¡Feliz Navidad, querido lector!”.
Así empezamos este recuento de historias de navidades pasadas en la mítica Redacción de Última Hora, dando gracias a quienes nos acompañaron e hicieron de estas fechas tan especiales.
Como saben, la Redacción periodística de un medio es un mundo aparte. Nadie para. No hay domingos, feriados. En Navidad también trabajamos para no soltar la mano de nuestro fiel lector.
A lo largo de los años, nuestra sala de trabajo se llenó de niños alborozados, pesebres vivientes, coros, grupos musicales y visitas que dieron color y alegría a nuestra segunda casa, recordándonos cuán mágica es la Navidad.
Fieles visitantes
Uno de los grupos que año tras año nos visitan con un pesebre viviente con niños cantores es la escuela colegio Nihon Gakko. Los chiquitos llegan ataviados con looks navideños, fieles al estilo del pesebre guaraní.
Los chicos representan el nacimiento de Jesús, tras ello, sus encantadores artistas deleitan a los periodistas con sus bellos villancicos navideños.
En varias de estas visitas, una de las cantantes que nos deleitaron con su melodiosa voz fue Jazmín del Paraguay, quien, por varios años, fue alumna de esta casa de estudios.
Otro visitante fue el Coro Infantojuvenil Arapy del colegio Salesianito que siempre nos trajeron sus buenos augurios a la Redacción. Deleitaban a los presentes con tradicionales villancicos paraguayos y universales, como Din Din Don, Navidad del Paraguay, Paz en la tierra, entre otros clásicos.
El coro Cantando a la Vida también pasó por la Redacción de UH, en el año 2013. Así también, estuvieron presentes el Coro Paraguayo de Cámara, bajo la dirección de Alejandro Stipanovich, así como la Camerata Vocal y el Grupo Vocal de la Cooperativa Universitaria.
No podemos olvidar nuestros propios festejos. En ocasiones, las periodistas montaban un espectáculo de zumba, donde demostraban sus destrezas artísticas, y recorrían cada rincón del lugar con sus infaltables gorritos rojos, y otra compañera era nuestro Santa Claus.
¡¡Qué buenas épocas!!