Nacida el 29 de abril de 1970 en Boston, EEUU, Uma Thurman vivió desde niña marcada, primero, por el hecho de que su padre, el escritor y académico estadounidense Robert Thurman, fuese el primer profesor universitario en ocupar una cátedra de estudios budistas tibetanos y, después, por su elevada estatura y el tamaño de sus pies, causas de tempranos traumas.
A 33 años de su debut cinematográfico, pocos recuerdan sus discretos papeles en Johnny Be Good y en Kiss Daddy Goodnight o el fracaso comercial en su tercera cinta, The Adventures of Baron Munchausen (1988) bajo la dirección de Terry Gilliam, hoy convertida en una película de culto.
Puede interesarte: Una irreconocible Uma Thurman
Aquella cinta le supuso a Thurman un verdadero espaldarazo a su carrera; no paraba de dar entrevistas en prensa, ni de recibir críticas positivas por sus interpretación y, con ello, llegaron nuevas ofertas para futuras producciones.
Pero a pesar de haber trabajado con directores de primer nivel como Stephen Frears, Philip Kaufmann, Woody Allen, Gus Van Sant, Bille August, Joel Schumacher o John Woo, Thurman es parte de la historia del cine como la ‘musa’ de Quentin Tarantino.
Tras su actuación en Pulp Fiction (1994), calificada por la crítica de “maravillosa” y con la que logró su única candidatura al Oscar a la Mejor Actriz de Reparto en 1995, el tándem repetía trabajo en Kill Bill: Vol.1 (2003) y Kill Bill: Vol.2 (2004).
En ambas, la actriz sumó sendas nominaciones al Globo de Oro a la Mejor Actriz en la categoría de drama.
Tarantino reconoció en numerosas entrevistas que, cuando escribió el papel del personaje La Novia en Kill Bill, siempre tuvo en mente a Uma Thurman desde que apareciera en los créditos de Pulp Fiction.
De hecho, el rodaje de la cinta que inaugura la serie se retrasó varios meses por el embarazo de la actriz de su segundo hijo.
Calificada por el propio Tarantino como “una diosa” a la altura de dos mitos como Greta Garbo y Marlene Dietrich -no en vano interpretó a otra diosa del cine, Gloria Swanson-, Thurman siempre fue una actriz a la que no se le conocen conflictos con sus compañeros de reparto.
Leé también: Quentin Tarantino y Uma Thurman confirman relación amorosa
Ni tan siquiera con sus ex maridos, los también actores Gary Oldman y Ethan Hawke -de su unión nacieron sus dos hijos mayores: Maya (actriz y modelo, como su madre) y Levon-. Tiene una tercera hija, Luna, de su relación con Arpad Busson.
Apodada la chica de “los 14 millones”, cantidad que empezó a cobrar en 2006 por su actuación en la película My Super Ex-Girlfriend (2006), aunque ya antes era una de las actrices mejores pagadas con un salario de USD 12,5 millones, su carrera profesional también se ha enfocado al mundo de la moda, donde ha sido imagen de Lancôme o Louis Vuitton.
Facetas profesionales que no le impidieron caracterizarse por sus implicaciones políticas y sociales.
Conocida es su vinculación al Partido Demócrata -en Hollywood encabezó en su día el apoyo del cine a la candidata Hillary Clinton-, o su activa participación a favor de la legalización del aborto o del control de las armas de fuego.
En 2018 denunció los abusos que sufrió por parte del productor Harvey Weinstein, lamentando no haberlo hecho antes, “por todas las mujeres que fueron atacadas por él después de mí”, según declaró a The New York Times.
Ahora celebra su 50 cumpleaños a la espera de las dos anunciadas y no concretadas secuelas de Kill Bill. Quizás, considerando que Tarantino le ofreció el papel de The Bride el día de su 30 cumpleaños, mañana sea el día.