16 nov. 2024

Un año para avanzar significativamente

Por distintas razones (zafra, clima, traslados, leyes foráneas, asambleas, regulaciones, etc.) no todos los años empiezan necesariamente en enero, desde el punto de vista comercial. Simplificando lo tomaremos como punto de partida para un año donde podemos empezar a impactar positivamente. No todo se hará cuando y como queremos, la paciencia y perseverancia deben seguir estando con nosotros.

Repasemos lo por mucho tiempo más: La baja calidad de la salud pública, del transporte público, de la justicia, la educación en todos los niveles, las deudas de nuestros colaboradores y proveedores, las carencias de infraestructura, y la corrupción. El orden no indica prioridades y la lista puede ser más larga. Hace mucho tiempo esa lista refleja, en general, la mala calidad del gasto y nuestros defectos de falta de participación, creatividad y compromiso para mejorar un sistema político donde a menudo debemos elegir entre malos candidatos. Vivimos mostrando que aún nos aquejan viejos vicios capitales: Egoísmo, codicia y soberbia.

Paraguay sigue teniendo muchos elementos a favor, sigue siendo muy atractivo para invertir, para vivir y envejecer, y sigue siendo perfectamente capaz de resolver problemas más graves. El gobierno tendrá un presupuesto más acomodado a sus objetivos y aún no estará excesivamente presionado por calendarios electorales. Internamente, su mayor amenaza son las malas prácticas del poder político, el “enemigo interior”. Externamente, hay distintas variables que pueden favorecerlo. Repasemos lo que el sector privado debe hacer o empezar a hacer.

Seguir insistiendo e incidiendo en la construcción de políticas de Estado enfocadas en el bien común; practicar la transparencia, auditorias serias y rendición de cuentas; dialogar para establecer alianzas que nos fortalezcan y nos permitan exportar y fortalecer el mercado de capitales. También animarse a conciliar esquemas impositivos, código laboral, y cualquier otro aspecto que genere y mejore oportunidades laborales respetuosas. Insistir con nuestros colaboradores y proveedores en volver a analizar todos los elementos que les permitan rendir mejor, con un trato justo y respetuoso. Por el bien de la gente, todo debe poder discutirse y analizarse. El tráfico en la capital a 4 km por hora, el traslado de 2 horas a puestos a trabajo, la carencia de médicos y tratamientos en cualquier puesto de salud y los pésimos resultados en las evaluaciones educativas muestran la verdad de dónde estamos. Todo lo demás es vanidad inútil y pasajera. Esos temas deben resolverse.

El camino a un mejor país empieza con cada uno haciendo un buen examen de conciencia e iniciando un mejor camino personal.

Que el Espíritu Santo nos conceda valor y perseverancia para superar nuestros egoísmos.

Más contenido de esta sección