Por eso la reforma del Servicio Civil plantea en esencia esto: cambiar el modelo de gestión del talento humano en las instituciones públicas, buscando elevar la calidad en la entrega de los bienes y servicios públicos. Esto es fundamental desde todos los puntos de vista, tanto para quienes quieran hacer carrera y desarrollarse en la función pública, para los que quieren invertir y generar fuentes de trabajo, como para los ciudadanos que requieren de un Estado eficiente para cubrir sus necesidades y demandas.
Pero, ¿cómo logramos esto? Algunos aspectos claves de esta reforma, sugeridos por Horizonte Positivo, organización de la que formo parte, son los siguientes:
Meritocracia: acá no solo hablamos de concursos para ingresar al sector público, sino que también se deben considerar el desarrollo de sistemas y prácticas que permitan escalar al talento más eficiente que pueda ser medido con una vara técnica.
Responsabilidad fiscal: en este caso hablamos de la correcta planificación y ejecución de los recursos del Estado. Precisamente no implica centrarse solamente en que el Estado paraguayo gaste menos, sino que gaste mejor, la eficiencia de la gestión de los recursos públicos es la mejor forma de honrar los impuestos de la gente.
Ente rector fuerte: necesitamos seguir debatiendo en relación al lugar donde debe estar alojado este ente dentro de la estructura estatal, pero lo importante es que sea una instancia independiente, técnica y muy competitiva, para que pueda estar blindada de las coyunturas políticas.
En estos días se está hablando mucho del servicio del IPS, y aunque sus problemas son complejos, estoy seguro de que si inyectamos a esa estructura más meritocracia, transparencia, concursos y evaluaciones más rigurosas, podremos asegurarnos de tener resultados que arrojen la selección de gente adecuada en lugares adecuados, con una relación correcta de personal médico y administrativo por ejemplo, que también puedan, a su vez, llevar adelante procesos serios y eficientes para la contratación de bienes y servicios. Para que esto se cumpla es importante contar con un ente fuerte que esté controlando y que no deje al arbitrio las decisiones de un sector.
Por último, es importante destacar que la aprobación del marco legal de la reforma, cuyo proyecto ahora está en el Congreso, es apenas un primer paso. Se requiere diálogo, participación de múltiples sectores y acuerdos políticos para avanzar. Pero, nuevamente, lo más importante son la voluntad y el compromiso para cumplir las normas vigentes y las que se pueden mejorar.
No se puede mejorar la provisión de bienes y servicios públicos sin servidores públicos bien seleccionados, capacitados, evaluados, exigidos y reconocidos. Es una cuestión de dignidad que los ciudadanos y también los funcionarios merecen. Este es un cambio para vivir mejor.