Por Stefanie Céspedes @BetiStef - Ylda Miskinich @YldaMiskinich
Lo que alguna vez fue el orgullo en Sudamérica, el primer ferrocarril que marcó una época dorada para el Paraguay, hoy es una pieza de museo que puede ser visitada de domingo a lunes, de 08.00 a 16.00, con un recorrido guiado que dura unos 20 minutos.
Miguel Torres, uno de los dos guías del lugar, explicó que en el amplio predio se encuentran los depósitos del Ferrocarril Carlos Antonio López, así como otras locomotoras, vagones, herramientas y piezas únicas de la época.
El taller está divido en varias secciones, entre ellas la de carpintería, donde se fabricaban los muebles para los vagones.
El mismo funciona completamente a vapor y se pone en funcionamiento cada 15 días los domingos, “pero solo como demostración para los visitantes, ya no se trabaja”, explicó el guía.
El museo o ex almacén cuenta con piezas únicas, como muebles que pertenecían a la primera clase, libros de contabilidad o asistencia de la época, así como herramientas, pedazos de la vía del tren e indumentaria del guarda, entre otros.
En el patio del lugar, sobre una alfombra verde y natural, yacen los grandes vagones y maquinarias en la zona más conocida como “cementerio de trenes”, donde es imposible no tomarse una fotografía al lado de las grandes infraestructuras de hierro.
La estación del ferrocarril también cumple un papel fundamental en el paisaje y recorrido, ya que allí los visitantes acceden a tickets que son copia fiel de la época, además de disfrutar de una amena descripción del lugar.
Las casas que se encuentran alrededor también son claves, ya que se trata de la que alguna vez fue la villa inglesa, donde ahora ya solo quedan pocos descendientes y es habitada en su mayoría por paraguayos que conservan la estructura.
Los ingleses fueron contratados por don Carlos Antonio López en 1894 para la construcción del ferrocarril, por lo que llegaron a nuestro país con sus familias y se asentaron en ese lugar.
El primer tramo, que abarcaba desde la estación Central hasta Trinidad, fue inaugurado una primavera de 1861 y llegó a Paraguarí en 1864, estación construida antes de la Guerra del 70.
Ya en 1886 las vías llegaron hasta Villarrica y en 1894 terminaron los talleres de Sapucái, en manos de la sociedad inglesa “The Paraguay Central Railway Co”.
Costo. El costo de las visitas es ínfimo, señala el guía, G. 10.000 en general y para los estudiantes G. 5.000.
La Semana Santa pasada recibieron a unas dos mil personas aproximadamente que recorrieron el Museo Taller de Sapucái, que fue reacondicionado con vallas especiales para evitar la sustracción de objetos.