El comisario Marcelino Espinoza, jefe del Departamento de Investigación de Central, informó que una banda internacional estaría detrás del asalto a dos cajeros automáticos instalados en un supermercado de Fernando de la Mora.
La semana pasada fue detenido Carlos César Sena, uno de los supuestos líderes de la banda criminal. También se identificó a un ciudadano chileno de nombre Daniel Arturo Reyes Aranda, quien cuenta con 22 investigaciones en Chile y una orden de captura en Brasil.
De acuerdo con los intervinientes, Reyes habría contactado con Sena para la planificación del asalto que finalmente se perpetró el pasado 16 de marzo. Los delincuentes se habrían llevado cerca de G. 1.000 millones.
El jefe policial señaló que ambas personas son conocidas por su sistema para explotar cajeros automáticos. “Para explotar los cajeros usan gas licuado de petróleo y oxígeno que le dan presión a los cajeros para que sean destruidos”, indicó a radio Monumental 1080 AM.
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Asimismo, adelantó que este martes realizarán una serie de allanamientos en lugares donde ambos estaban alojados. “Calculamos que en esas casas vamos a encontrar evidencias”, remarcó y los calificó como un grupo criminal bastante peligroso.
El comisario comentó que Reyes Aranda pudo ser identificado gracias a que lograron acceder a imágenes de circuito cerrado de las rutas que utilizaron los delincuentes para darse a la fuga. Igualmente, dijo que incautaron vehículos que habrían usado.
“Hasta el momento no hay denuncias de billetes entintados en los comercios”, subrayó. Por último, comentó que la investigación del caso sigue y estiman que se trata de una banda criminal nueva que comenzó a operar en el país.
Los investigadores creen que varios de los integrantes del grupo criminal volvieron a salir del país luego de perpetrar el asalto.
Más del caso
De acuerdo con la investigación, al menos 10 personas habrían ingresado hasta el supermercado Real ubicado en la zona de Acceso Sur, en la ciudad de Fernando de la Mora.
Uno de los cajeros corresponde al Banco Nacional de Fomento, mientras que el otro es propiedad del Banco Atlas. Las máquinas quedaron destruidas y varios billetes esparcidos en el suelo que no estaban entintados por el sistema de seguridad que deben poseer los cajeros.