26 dic. 2024

Un círculo sin previsión

¿Al Instituto de Previsión Social (IPS) le falta oxígeno? Pareciera que no tiene respiro ante las constantes situaciones de crisis financieras y de salud que atraviesa diariamente y, que se acentuaron en los últimos 8 meses, con la toma de mando de las nuevas autoridades a cargo del Dr. Jorge Brítez, que heredaron una pesada carga de deudas y corrupción. Una historia que se repite y es un círculo vicioso sin fin ni previsión.
Los días de crisis se acrecientan en medio de problemas financieros de un Fondo de Salud, que tocó fondo hace tiempo, pero pese a las reiteradas advertencias, esta solo se convirtió en algo que preocupa a las gestiones transitorias y no se transformó en una política de Estado de la previsional.

Los presidentes y consejeros pasan, pero queda la deuda y las falencias persisten y afectan al bolsillo del asegurado. Un bolsillo que tiene fondo limitado y que a veces se desfalca en la compra diaria de insumos básicos o medicamentos.

Los cotizantes superan en los gastos al monto del Aporte Obrero y Patronal en muchos casos. El gasto de bolsillo ronda un mínimo de G. 300.000 a G. 1.000.000.

La historia del desabastecimiento no es nueva es repetitiva y se va recrudeciendo en cada nueva gestión, una historia que tiene matices muchos años antes de la pandemia. Con cada nueva toma de mando que tras hurgar detectan las falencias o comprueban la falta de previsión en el seguro social.

Más allá del problema administrativo y financiero, la realidad nos muestra que el asegurado vive el día a día, y no le sirven las respuestas: “Es una herencia de la administración anterior” o “no hay plata”.

Es más bien lo que afirma la senadora Esperanza Martínez: “La gente no aguanta más”. Cuya frase se hace consistente tras su recorrido el pasado viernes en el Hospital Central. No solo detectó el desabastecimiento del 33% de los medicamentos, sino que asegura que toda la situación no es solo parte de una herencia administrativa anterior, sino que es el rostro de la corrupción y los negociados en las licitaciones.

Entre las postales de la visita de la senadora, conmueve aquellas del servicio de oncología, en la que las pacientes con cáncer sujetadas al porta sueros y sentadas en precarias sillas de madera hacen catarsis sobre lo que atraviesan con una de las enfermedad que golpean fuertemente al bolsillo.

Dicen las nuevas autoridades que siempre hay crisis en el IPS, pero que esta es una de las peores.

Pero pareciera que cada año las deficiencias se acentúan en uno de los principales seguros de los trabajadores del país. Hace tiempo que el IPS no tiene respiro, tampoco los asegurados que sufren con el gasto de bolsillo, que viven un vía crucis para las consultas, los estudios, en busca de una salud integral.

Al IPS le falta no solo oxígeno financiero, sino que también administradores que luchen contra la corrupción y los negociados. Al IPS le falta no solo previsión, sino que asegurados que podamos ejercer un control permanente de los recursos porque no solo la salud está en juego sino que también la jubilación de miles de trabajadores. Y, usted, ¿qué cree que se necesita para que el IPS rompa con ese círculo sin previsión?

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Luis Carlos Irala