02 feb. 2025

Un delirante recuento necesario

Mientras el dueño habitual de este espacio disfruta del fresco polar del Hemisferio Norte, tocará reemplazarlo durante su ausencia. Va el aviso para sus seguidores domingueros. Pueden elegir seguir acá o bien ir a las siguientes páginas donde está ese mal plagio de Garfield.

Ahora que el Papá Noel y el Grinch están curándose de la resaca del 24 y 25 en una esquina del universo, los restantes días del año quedan de regalo.

Por lo tanto, apelaremos a una rutina más ligth. Para lamentarnos de la situación nacional tenemos los siguientes 12 meses del año, lo que nos resta de vida y probablemente tres reencarnaciones más.

Para quienes se quedaron. A lo largo de la historia de esta roja y sojizada tierra guaraní hemos vivido y oído de todo.

Principalmente de parte de los politiqueros, quienes para apoderarse del alma de los votantes apelan a la cháchara esperanzadora.

La transición democrática ha dejado inolvidables perlas de cataratas de promesas. Pero generalmente estas terminan marchitándose y la esperanza se estrella estrepitosamente con el duro muro de la realidad.

¿Cómo olvidar cuando en 1991, luego de perder las municipales de ese año y queriendo recuperar caudal electoral el Partido Colorado había prometido crear 150.000 puestos de trabajo... en una elección para una asamblea constituyente?

La ANR se impuso en dicha contienda electoral. Sin embargo, nunca explicaron cómo podrían crear esos puestos laborales desde una Carta Magna. Tal vez se referían a la clientela politiquera que ubicarían en los siguiente años en las oficinas de la administración pública.

Los adultos de segunda edad y media aún recordamos la promesa de Juan Carlos Wasmosy Monti: Avanzar el país 50 años en cinco. Incluso había prometido la construcción de un tren subterráneo.

El candidato del Partido Colorado, que se impuso en las elecciones y gobernó desde 1993 hasta 1998, no solo no avanzó. Pauperizó al país.

La economía tuvo un descalabro que no había sido visto hasta entonces, con la caída de gran parte de la banca nacional.

Durante su Gobierno ocurrieron dos de las cuatro grandes quiebras de emblemáticas firmas bancarias. Esto dejó una gran cantidad de personas que perdieron todos los ahorros de su vida de la noche a la mañana, quedaba al descubierto una timba financiera descomunal y causaba la muerte de más de 50 personas en todo el país.

Además de los intentos de golpes, el extinto ex general Lino Oviedo también tenía afición hacia las promesas delirantes.

En una de ellas le aseguraba a los campesinos que entrarían descalzos junto a él en el Palacio de Gobierno. Nunca explicaba de qué podía servirles a ellos eso ante la falta de caminos, de apoyo a la producción, mercados, etc.

Hablando de quiebres institucionales, en este apretado recuento no puede faltar el ex presidente de facto Federico Franco.

El elegido por el golpe parlamentario del 2012, había dicho que finales de ese año los paraguayos se bañarían en petróleo. También que traería del jopo a los del EPP.

La memoria me falla, pero no recuerdo el nombre. Pero estoy casi seguro que fue durante la administración del ex intendente Carlos Filizzola.

Durante dicha gestión, uno de los funcionarios había prometido que recuperaría el arroyo Mburicao, volviéndolo tan limpio que hasta tomaría un vaso de agua de él.

Por supuesto que tenemos ahora lo más nuevo desde hace un año y cuatro meses. La promesa de vamos a estar mejor hecha por el actual presidente Peña. Solo revise su bolsillo y tendrá usted mismo la respuesta.

Estas son solo algunas de las consignas con las que nos endulzaron los oídos boca en estas décadas luego de la caída de la dictadura. Aunque haya pasado un día del 28 que la inocencia nos valga, pero frente a las urnas no nos sirve de mucho.

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