Nicolás, a través de la voz de Fran Fernández, quien nació también con síndrome de Down, refleja la vida de un niño que a través de esta condición ve el mundo con otros ojos y, aunque se encuentra con problemas al interactuar con otras personas, mantiene su esencia y su amor por la vida.
“El amor y la voluntad son capaces de romper todas las barreras. Si logramos ver con amor y sin telarañas en la cabeza, ver a las personas por lo que son, sentimos que todas las barreras se pueden resolver al ver la vida como un niño con síndrome de Down. Ellos toman todo como bien, sin ningún tipo de prejuicio”, comentó Mike Uriegas.
Y es que lo más especial de esta película es que trata un tema como es esta condición genética de manera directa, sin tapujos y dirigida al público más joven, algo que no siempre es habitual en el cine infantil de animación.
Uriegas consideró que “nunca es demasiado temprano para hablarles a los niños sobre temas como bondad, inclusión o bullying”, especialmente en situaciones como la actual de cambios y dificultades debido a la pandemia mundial de coronavirus, en la que es imprescindible la empatía.
En la película anterior de la productora Fotosíntesis Media, El ángel y el reloj, también se adentraron en un complejo tema: el cáncer infantil. A pesar de que las dificultades, este grupo de creadores están seguros de su razón de ser.
“Lo que queremos es mover a la gente no a través de la lástima y el miedo, sino a través de lo positivo. Nos enfrentamos a que los contenidos para niños tienen que ser para entretenerles nada más, o si son didácticos son para muy chiquitos, pero sentimos que es valido hablarle a los niños con respeto, no porque sean niños vas a decirle las cosas como si fuesen tontos”, manifestó el guionista.
La prioridad de generar conciencia
Lejos de buscar ser adalides del activismo, en Fotosíntesis Media tienen la prioridad de contar historias que generen conciencia a través del cine infantil pero no solo para los niños, también para el resto de la familia.
Además, buscan que asociaciones civiles puedan utilizar sus cintas para recaudar fondos o promover sus esfuerzos, y es que la productora también acudió a organizaciones de este tipo para crear historias que fuesen fieles a la realidad.
Con cada película se acercan a asociaciones civiles y fundaciones para hacer “una especie de tesis”. En este caso se acercaron a Special Olympic, una organización internacional que promueve la inclusión a través del deporte. Por ellos conocieron a una terapeuta y ella les presentó a Fran Fernández.
También trataron con otros muchos niños para comprender lo mejor posible a las personas con síndrome de Down.
“Nos asesoramos sobre cómo es la cosmogonía de una persona con Síndrome de Down. Esta es una historia donde el protagonista le da una lección a su primo que es mayor que él, no lo entiendo y lo bulea (acosa) pero no porque sea malo. Incluimos que son personas curiosas, muy metódicos y también que reaccionan disfrutan lo inmediato y eso es una lección muy valiosa que nos dan”, terminó el guionista.
Próximamente Un disfraz para Nicolás podrá verse en autocines, ya que se iba a estrenar en salas en mayo y, al tener que posponerlo por la pandemia, decidieron que este nuevo modo puede ser incluso beneficioso para que acudan las familias en sus vehículos de manera segura.