30 abr. 2025

Un documental sobre transgénicos

Guido Rodríguez Alcalá

GMOs Revealed se llamó un documental de nueve partes presentado en internet gratis a partir del 22 de agosto, a razón de una parte por día (la primera ya está en YouTube). Sus autores son los doctores Patrick Gentempo, Beau Pierce y el productor cinematográfico Jeff Hays; el documental se desarrolla mediante una serie de entrevistas. Después de haber visto las tres primeras partes, me permito presentar un resumen.

Los OGM, organismos genéticamente modificados, ha sido una creación de empresas químicas pasadas a la agricultura, donde decidieron utilizar sus productos.

El pionero fue el glifosato, un herbicida muy eficaz: tanto, que mataba las malas hierbas junto con los vegetales útiles (soja, maíz). ¿Cómo utilizarlo? Creando una variedad de soja que pudiera resistirlo. Así nació la soja transgénica de Monsanto, autorizada a partir de 1996, y asociada al Roundup, un herbicida cuyo componente principal era el glifosato.

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Al principio, todo parecía muy bien: por primera vez, se utilizaba un herbicida que mataba todos los yuyos y, según el prospecto, era inofensivo para el ser humano.

Después del éxito inicial, surgieron yuyos resistentes al glifosato, que se debía usar en cantidades cada vez mayores, y aún así resultaba ineficiente. Eso obligó a combinarlo con otros productos de toxicidad conocida, como el paraquat y el 2,4D (ingrediente del agente naranja, que mató a 400.000 personas en Vietnam).

Estudios posteriores afirmaron que el glifosato no era biodegradable ni inofensivo. Hoy día, se han encontrado restos del producto en el 90% de la orina de los norteamericanos. Desde que se lo comenzó a utilizar en grandes cantidades, han aumentado una serie de enfermedades en los Estados Unidos: asma, autismo, alzhéimer, cáncer.

¿Significa esto que el glifosato sea la causa? No necesariamente, porque simultaneidad no significa causalidad. Sin embargo, es necesario que se realice un estudio serio sobre el asunto, y las autoridades encargadas no han hecho lo que debían hacer, a causa de su cuestionable colusión con la gran industria. Michael Taylor, empleado de Monsanto, se pasó a la FDA para aprobar disposiciones favorables a los transgénicos y luego volvió a Monsanto.

La Food and Drug Administration (FDA) es la agencia estatal encargada de comprobar la seguridad de los remedios y la comida. Según la FDA, los OGM (maíz, soja, etc.) son “sustancialmente idénticos” a los orgánicos, por lo que no se necesita un estudio previo antes de lanzarlos al mercado.

Por cortesía, los fabricantes de OGM suelen mostrarle sus propios estudios sobre sus nuevos productos, sin que exista un control externo, excepto los estudios financiados por las propias empresas.

Los científicos independientes no han sido escuchados y en muchos casos han pasado mal.

Por decir que la papa OGM enfermaba a los animales de laboratorio, el profesor británico Arpad Pusztai perdió su empleo y todos los documentos de su investigación.

Pero, ¿no son necesarios los OGM para dar de comer al mundo? No, porque las semillas son más caras, la agricultura ecológica puede tener un rendimiento mayor y el monocultivo intensivo agota el suelo y contamina el medioambiente.

Por lo demás, hoy el mundo enfrenta la posibilidad de una gran hambruna.