22 ene. 2025

Un duro tiempo de cuarentenas, pérdidas, luchas y renacimientos

CUANDO LAS FRONTERAS SE CERRARON. Los aviones dejaron de volar. Las economías se desplomaron. 2020, un terrible año de pérdidas y luchas, de ansiedad, de reinventarnos y contar la historia. ÚH inicia una serie sobre lo que nos deja la pandemia

Muy cerca. En poco tiempo, el virus se expandió en numerosos países y Paraguay no fue la excepción. Pronto se acercó y puso a prueba a todos.

Muy cerca. En poco tiempo, el virus se expandió en numerosos países y Paraguay no fue la excepción. Pronto se acercó y puso a prueba a todos.

Andrés Colmán Gutiérrez

Cuando el mundo empezó a asomarse al borde del colapso, parecía algo tan lejano, que muchos ni siquiera prestaron atención.

El 31 de diciembre de 2019, el Gobierno de China notificó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre una serie de infecciones en las vías respiratorias en la ciudad de Wuhan, de 11 millones de habitantes. El virus fue detectado en un mercado de mariscos, clausurado de inmediato. Unas 40 personas habían sido infectadas.

A los habitantes del Paraguay, nos sonaba como algo muy distante. China queda al otro lado del mundo, ¿de qué teníamos que preocuparnos?

El 7 de enero de 2020, los científicos chinos anunciaron que había surgido un nuevo virus. Al igual que el SARS, era de la familia del coronavirus y fue nombrado SARS-CoV-2. La enfermedad causada fue llamada coronavirus 2019 (Covid-19). Los síntomas eran: fiebre, tos seca, dificultad para respirar y neumonía, entre otros.

LEJOS

Creímos que era otro caso más que no nos llegaría a afectar. Ya nos habían amenazado con la famosa gripe aviar, con la influenza H1N1, con tantas plagas apocalípticas que nunca nos golpearon en serio. Los paraguayos creíamos tener “un santo aparte”.

El 11 de enero, China anunció la primera muerte a causa del coronavirus: un hombre de 61 años que había comprado en el mercado de Wuhan.

–¡Aichinjaranga, los chinos! –era el comentario en las calles.

Estábamos lejos, muy lejos…

A los pocos días, Tailandia y Japón también reportaron casos. Los infectados habían visitado el mercado de Wuhan. En China se confirmó la segunda muerte. Para el 20 de enero ya habían muerto 3 personas y más de 200 estaban infectadas.

–Parece que es algo serio –dijo un médico en la radio.

–Por suerte estamos lejos, muy lejos… –fue el comentario.

El 23 de enero, las autoridades chinas aislaron a los habitantes de Wuhan, para limitar la propagación del virus. Se suspendió el transporte y comenzó la construcción de un hospital para tratar a los infectados. El 24 de enero había más de 830 casos y el número de muertos ascendió a 26. Se cerraron otras 13 ciudades, afectando a 36 millones de personas. Se empezaron a confirmar casos en Corea del Sur, Estados Unidos, Nepal, Tailandia, Hong Kong, Singapur, Taiwán. Luego en varios países de Europa.

–Nde, parece que es grave.

–¿Y si llega aquí…?

–Estamos lejos, muy lejos…

El 11 de marzo de 2020, la OMS declaró que el Covid-19 constituía una verdadera pandemia. En ese momento había 118.000 casos en 114 países y 4.291 personas fallecidas. La propagación era global.

Ya no estábamos tan lejos…

APOCALIPSIS

En algún hipotético futuro, los abuelos les contarán a sus nietos sobre el annus horribilis (año terrible) que fue el 2020, una época en que los aviones dejaron de volar, las calles de las ciudades se quedaron súbitamente desiertas, las economías se desplomaron, las personas se quedaron presas durante meses en el interior de sus casas, los médicos se volvieron más valiosos que los futbolistas o los actores de cine, los muertos se sepultaban apuradamente a distancia y sin duelos, el planeta entero cerró sus puertas y se cubrió con un enorme tapabocas… y resultará difícil que puedan creer que ese relato no sea el argumento de alguna fantasiosa película de apocalipsis.

El primer caso de una persona infectada de Covid-19 en el Paraguay se dio a conocer el 7 de marzo de 2020. Se trataba de un hombre de 32 años, morador de la ciudad de San Lorenzo, que llegó de viaje desde Guayaquil, Ecuador.

El 10 de marzo, el segundo caso: un hombre de 61 años, llegado por vía terrestre de Argentina, morador de Mbocayaty, Cordillera. Ese mismo día aparecieron tres casos más, contagiados del mismo hombre que vino de Argentina.

Esa misma noche, el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, y el ministro de Salud, Julio Mazzoleni, comunicaron la suspensión por decreto de eventos masivos y actividades educativas durante dos semanas. Se prohibieron actividades en lugares cerrados. Los encuentros deportivos debían realizarse sin presencia de público. Se recomendó habilitar sistemas de higiene y que las empresas implementen el uso preferente de tecnología y trabajo a distancia.

Fue un verdadero shock. Por primera vez en el país una medida sanitaria obligaba a suspender grandes conciertos programados, impedir ir a los estadios, pero ni siquiera nos imaginábamos todo lo que vendría después.

2020 EL AÑO QUE CAMBIÓ NUESTRAS VIDAS

CUANDO LAS FRONTERAS SE CERRARON. Los aviones dejaron de volar. Las economías se desplomaron. 2020, un terrible año de pérdidas y luchas, de ansiedad, de reinventarnos y contar la historia. ÚH inicia una serie sobre lo que nos deja la pandemia.