09 jul. 2025

Un Gobierno insensible ante el drama del transporte público

El verano paraguayo ya nos tiene acostumbrados a las altas temperaturas y las cada vez más frecuentes olas de calor. Precisamente por ser fenómenos previsibles resalta la indiferencia de las autoridades del Gobierno respecto a las necesidades y reclamos de la ciudadanía. En estos días de intenso calor se ha hecho más evidente la falta de paradas con refugios, reguladas más pronunciadas bajo el ardiente sol, así como las unidades diferenciales más caras y sin aire acondicionado. Definitivamente, el transporte público es un castigo para los usuarios.

Apesar de todas las promesas del Viceministerio de Transporte (VMT), la situación del transporte público en el Paraguay no ha mejorado. Este mes de enero, en medio de una intensa ola de calor, los usuarios están pagando las consecuencias no solo de la falta de infraestructura, sino sobre todo del abandono de las autoridades.
En el caso particular de los usuarios del transporte público del área metropolitana y el Departamento Central, estos demandan más paradas con refugios, pues ante la falta es necesario resguardarse del sol bajo los techos de negocios o los escasos árboles que todavía quedan, mientras soportan la larga espera de un ómnibus. Particularmente se ven afectados por esta situación personas con discapacidad y de la tercera edad.

Otro reclamo frecuente por parte de los pasajeros hace referencia a que algunas unidades diferenciales no cuentan con el aire acondicionado funcionando eficientemente, pero de todas maneras deben abonar el costo de un servicio diferencial.

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El Viceministerio de Transporte había anunciado que los fiscalizadores llevarían a cabo verificaciones en el área metropolitana para medir la temperatura en el interior de los buses, pero los usuarios desmienten que estos controles se estén realizando.

Tanto en Asunción y en su área metropolitana como en las localidades y ciudades del interior del país es notoria la falta de transporte público en horas de la noche, en los días feriados y durante el fin de semana. En este aspecto también son frecuentes las promesas de las autoridades; una de las más recientes es el servicio Búho, del Viceministerio de Transporte. Este se trata de un plan para garantizar la movilidad nocturna de los usuarios de 23:00 a 04:00, con frecuencias de entre 30 a 40 minutos e informaron que en la primera fase de implementación el itinerario de los buses nocturnos será desde el centro capitalino hasta el centro de San Lorenzo, atravesando algunos puntos de Asunción, y el Campus de la UNA, en San Lorenzo. No obstante, hasta esta segunda semana de enero, no han surgido novedades respecto al servicio Búho.

Lamentablemente, cuando se habla de reformas, apenas se refieren a la implementación de nuevos refugios y paradas y la llegada de 30 buses eléctricos donados por la República de China (Taiwán), pero que serán alquilados a las empresas de transporte público metropolitano para su explotación.

El Estado va a ceder las unidades eléctricas a las mismas personas que ofrecen un pésimo servicio a los usuarios.

En Paraguay precisamente necesitamos un sistema de transporte público y movilidad, pues vivimos en el más vergonzoso atraso: No tenemos un sistema de transporte; lo que tenemos es un grupo de empresas privadas que manejan unos itinerarios los cuales son asignados de manera arbitraria. Esta falta de sistema beneficia a estos empresarios, y a sus amigos de la política. Pero, por sobre todo, esa ausencia de un sistema implica el pésimo servicio que a diario denigra y humilla a miles de paraguayos y paraguayas.

La población usuaria del transporte público pierde horas enteras para trasladarse de su hogar al trabajo y luego regresar, y a eso se agregan las reguladas y la cuestión de seguridad, pero todo ese conjunto afecta su salud física, mental y resta calidad de vida a las personas.

Por todo esto, es urgente que las autoridades y funcionarios trabajen por el bienestar de la mayoría de la población, para asegurarles su derecho a tener acceso a servicios públicos eficientes y que se anteponga siempre el respeto a su dignidad. Necesitamos con suma urgencia gobernantes que sean capaces de hacernos ingresar al siglo XXI con un moderno sistema de transporte y movilidad.

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