En los tiempos actuales, donde en la política, la eficiencia y la honestidad parecen sacadas únicamente de los libros de historia, siempre es bueno recordar a grandes patriotas que marcaron un antes y un después en la vida política de nuestro país.
Uno de ellos es José Félix Estigarribia Insaurralde, quien nació el 21 de febrero de 1888 en Caraguatay, Departamento de Cordillera. Durante la Guerra del Chaco (1932-1935) entre Paraguay y Bolivia, dirigió al Ejército Paraguayo con el rango de coronel y después de las victorias en las batallas Campo Grande y Pozo Favorito fue ascendido a general.
También ejerció la Presidencia de la República desde el 15 de agosto de 1939 hasta el día de su muerte el 7 de setiembre de 1940. Tras su deceso le confirieron el grado póstumo de Mariscal. Su eficiente manejo del ejército durante la guerra lo ubicaron entre los mejores estrategas militares del mundo.
Cuando nos referimos al Mariscal José Félix Estigarribia, hablamos del militar más destacado de nuestra historia, el hombre que supo ser el primer paraguayo con el brevet de oficial de estado Mayor en 1927 tras sus estudios en la Escuela Superior de Guerra de Francia, “La primera espada de América” para el Gobierno Uruguayo presidido por Gabriel Terra tras su exilio en Montevideo en el año 1936 y motivo de estudio por sus tácticas en Wespoint con posterioridad tras ser el Comandante en jefe victorioso de la epopeya del Chaco. El hombre del que hablamos fue un militar que buscó la paz, pero tuvo que ser por el camino de la contienda bélica que, con posterioridad, lo convertiría en la primera figura para ocupar la silla presidencial en el 39.
Su figura
En su figura debemos separar, al militar, del hombre público y presidente de todos los paraguayos. El general asume como presidente de todos los paraguayos el 15 de agosto de 1939 y comienza una carrera política que tuvo la polémica, que subsiste hasta hoy día, sobre la Carta Política del 40 y la auto disolución del congreso en febrero del mismo año.
No obstante, debemos destacar que las críticas a favor o en contra de esta parte de la historia, no llevan el mote de deshonestidad o de corrupción, lo que es totalmente ajeno a nuestros tiempos, en lo que parece ser la moneda de cambio común de nuestros representantes.
La citada Constitución, que sobreviene a la de 1870, con sus partidarios y detractores, tiene la particularidad de haber sido sometida a un plebiscito popular que la aprobó el 4 de agosto de 1870 por más de 170.000 votos, cifra histórica en una votación en el Paraguay hasta ese entonces. Pero, ¿qué fue lo notable es esto? La trasparencia, independientemente de que sea o no una pieza jurídica con la que podamos estar de acuerdo.
Gestión y legado
Durante su breve mandato como presidente de Paraguay (1939-1940), se esforzó por impulsar la modernización del país a través de una serie de reformas políticas, económicas y sociales
En este corto gobierno se pudo dar solución a un conflicto existente con las autoridades Argentinas por “El Pleito del Pilcomayo”, en la zona de Salto Palmar, sin que exista mayor revuelta, estableciendo una comisión mixta para el estudio del caso y evitar exaltar aún más los ánimos.
Se aprueba el Estatuto Agrario en febrero de 1940, el que ratifica el respeto a la propiedad privada, pero introduce el concepto de latifundio improductivo y la posibilidad del Estado Paraguayo de expropiarlo previo pago de la correspondiente indemnización.
Al mismo tiempo que se iniciaba la construcción de la más importante obra vial de la época, el camino de Asunción a Villarrica, Estigarribia restablece la libertad de prensa, gestionó la vuelta de la oposición al Parlamento y garantizó las actividades políticas en todo el país.
Estigarribia promovió reformas económicas destinadas a diversificar la economía paraguaya y reducir su dependencia de la agricultura de subsistencia. Fomentó la inversión en la industria, la infraestructura y la agricultura moderna, buscando mejorar la productividad y la calidad de vida de la población.
Buscó mejorar las condiciones de vida de la población a través de políticas sociales. Estableció programas de asistencia social y atención médica para las comunidades más necesitadas.
Durante su mandato, Estigarribia trabajó para establecer una mayor estabilidad política en Paraguay y promover un gobierno más eficiente y menos corrupto. Mantuvo buenas relaciones con los países vecinos, lo que contribuyó a la estabilidad y la cooperación regional en un momento en que América Latina estaba experimentando tensiones políticas y conflictos.
El legado de José Félix Estigarribia en la modernización de Paraguay se mantiene, ya que sentó las bases para futuros esfuerzos de desarrollo en el país. Su liderazgo y su visión de un Paraguay moderno y próspero siguen siendo recordados en la historia del país.
Su trágica muerte el 7 de setiembre de 1940 en la actual Loma Grande nos deja el sabor amargo de no saber qué tan próspera podía llegar a ser una nación que, independientemente de colores, tenía como valor principal el amor a la patria y la honestidad por los actores políticos de la época. Un patriota, con todas las letras, de los que ya no existen.
Museo con sus pertenencias
Sus uniformes, su biblioteca particular, sus armas, sus fotografías y condecoraciones. Todo eso y más, forma parte del enorme legado de uno de los principales héroes de la Guerra del Chaco que se pueden observar en el Museo Militar del Ministerio de Defensa, en una sala especialmente dedicada a este y al cual puede acceder cualquier ciudadano que quiera adentrarse en la historia y conocer más sobre el Mariscal. La visita es guiada por un encargado y está abierta de lunes a viernes de 7 a 15:00.
Gran parte de la vida del Mariscal se encuentra exhibida y allí se pueden observar con más detalles sus gustos, y sus aficiones, como por ejemplo una raqueta de tenis, deporte que apasionaba.
La Dirección del Museo Militar es una dirección dependiente del Viceministerio para las Fuerzas Armadas de la Nación, teniendo como misión, promover y difundir la historia militar, cultural y artística.
