EFE
El musical, que estará en cartel hasta finales de noviembre en la capital argentina, nació a partir de una idea del empresario y escritor argentino Alejandro Roemmers, responsable del guion original de la obra.
Roemmers llevó su libro sobre la vida de san Francisco de Asís al bailarín y coreógrafo Flavio Mendoza, que en los últimos años ganó popularidad en Argentina gracias a su participación en concursos televisivos de baile y como productor de musicales de gran éxito en la escena teatral local, como “Stravaganza”.
Al principio, Mendoza dudó un poco sobre cómo compatibilizar la figura del “poverello” de Asís con la espectacularidad a la que acostumbra en sus proyectos artísticos.
Pero aceptó finalmente el desafió y propuso contar la historia de este santo, que vivió entre los siglos XII y XIII, desde un punto de partida actual: el drama de María (Leticia Brédice), una mujer que trabaja de sol a sombra y no cree en nada hasta que un problema de salud de su hijo sacude la vida que hasta ahora ha llevado.
“Se enfrenta a una situación límite. Y ahí entra a jugar la fe y la figura de Francisco”, comenta Mendoza, a cargo de la coreografía, la dirección y la producción general del espectáculo, en una entrevista con Efe.
María no tiene fe, pero al acercarse a la figura de san Francisco comenzará a cambiar su perspectiva.
De allí, la historia retrocede en el tiempo, al joven Francisco, su conversión y su renuncia a todo para seguir su ideal, un “despojo” que, según Mendoza, interpela al espectador y le hace repensar “muchas cosas de la vida para ponerlas en su justo lugar”.
“Yo no conocía mucho la figura de san Francisco pero, a medida que la fui conociendo, me pareció fascinante y creo que su mensaje de esperanza merece ser llevado al público”, comenta el artista.
Mendoza se declara admirador de Francisco, en particular por su amor a la naturaleza y su mensaje de paz y esperanza.
“El mundo está en guerra. Hay mucha división, incluso en nuestro país. Y esta obra trae un mensaje esperanzador, positivo. La gente sale del teatro pensando, renovada, con ganas de vivir”, asegura Mendoza.
“Franciscus, una razón para vivir” cuenta con la laureada actriz Norma Aleandro al frente de la dirección artística de la obra, un “verdadero lujo” para la escena teatral porteña, tal como lo señala Mendoza.
La obra cuenta además con las actuaciones destacadas de Ana María Picchio, en el rol de la madre de María, Federico Salles en el papel de san Francisco y Florencia Otero, como santa Clara.
La puesta en escena en el teatro Broadway, de Buenos Aires, le hace honor a los grandes musicales del renombrado circuito de Manhattan: 55 actores sobre el escenario, 600 cambios de vestuario, doce músicos en vivo y un equipo técnico de cuarenta integrantes.
La producción cuenta con un escenario diseñado a medida para el espectáculo, pantallas de proyección multimedia, juegos de luces, estructuras para acrobacias aéreas y efectos como la caída de nieve o el vuelo de palomas reales.
La compañía sueña ya con llevar “Franciscus” a escenarios de Europa y Estados Unidos, un proyecto que, por su envergadura, podría pensarse como digno de “el loco de Asís”, como también se llamó al santo.
“Cuando empecé a trabajar en esta obra, muchos me decían que era una locura hacer un espectáculo de estas características tal cómo está la situación económica en Argentina. Pero, bueno, aquí estamos... y sí, yo tengo un poco de esa locura”, se ríe Mendoza.