Indica que así como están las cosas, las familias, alumnos y educadores están sufriendo las consecuencias de encarar la educación a distancia con el método tradicional de siempre: Alumnos que observan la pantalla para escuchar al profesor durante horas, pero desconectados del vínculo que hay en una clase presencial.
“Un niño no puede estar tres o cuatro horas frente al Zoom para dar clases, eso no es aulas virtuales o educación a distancia como se pinta y tiene que cambiar”, asegura Scheid.
En el país, las escuelas están cerradas desde el 11 de marzo pasado debido a los primeros casos detectados del Covid-19. Ya van seis meses desde entonces y quedan menos de 90 días para que cierre el ciclo escolar.
Para el 2021, el ministro de Salud Pública, Julio Mazzoleni, adelantó que mientras no llegue una vacuna no hay retorno a las escuelas.
Esto implica que por lo menos, una gran parte de la primera etapa del siguiente año lectivo será nuevamente a distancia.
Brechas. Scheid comenta que desde hace más de una década viene insistiendo en reducir la brecha digital que existe entre niños y jóvenes en el acceso a tecnología.
“Si antes ya había una enorme distancia entre quienes acceden y entre quienes no lo hacen, ahora con la pandemia eso aumentó considerablemente”, lamenta.
Agrega que la irrupción de las Tic en las instituciones educativas y en las salas de clase no implican solo “el hierro” o los computadores.
“No es solo repartir masivamente los hierros (computadoras o tabletas) a todos sin contenido pedagógico pensado para lo digital y sin capacitar a los maestros. Eso no va a funcionar”, advierte.
Explica que no se puede comparar la situación educativa de Paraguay con la de países de la región, porque acá no existen plataformas virtuales en el sector público.
“Teams es excelente, pero es una aplicación para acceder a la educación virtual, no es una plataforma como sí tienen en Argentina o en Chile con esta pandemia”, reafirma.
También se muestra contraria a hablar del WhatsApp como instrumento educativo.
Aclara que el WhatsApp es una herramienta válida de comunicación y está muy bien que se use en el marco de la emergencia, pero que no puede ser la única vía si se piensa en el proceso de enseñanza - aprendizaje. Indica que el impacto de las tecnologías también cambió el modo en que le llega la información a los estudiantes, por lo que se aburren aún más en una clase donde no se dio ninguna modificación del contenido pedagógico en cientos de años.
Recursos. Otro punto que exclama Scheid son los USD 120 millones del Fondo de Excelencia (Feei) para tecnologías, explicando que el proyecto es del 2015 como mínimo y que ya está desfasado para la situación actual. De esos fondos, recién se ejecutó el 18%.
“Esos proyectos del Feei para Tics hay que cambiarlos y pensarlos para la educación virtual, no para comprar más carritos que queden guardados en las instituciones”, sentencia.
La especialista en educación Sofía Scheid recomienda modificar prácticas y contenido pedagógico para encarar la educación virtual, más si se tiene en cuenta que el modelo seguirá en el 2021.
Hay que replantear los proyectos de Tic de los Fondos de Excelencia y actualizarlos para la educación en pandemia.
Necesitamos contenidos pedagógicos y plataformas virtuales para medir el aprendizaje.
Sofía Scheid,
experta en educación.