11 sept. 2024

Un refugio de esperanza

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Para donar. Las necesidades incluyen comida, carnes, verduras, frutas y leche, así también productos de higiene.

El 16 de agosto en Paraguay se conmemora el Día del Niño en memoria de la trágica batalla de Acosta Ñu, ocurrida durante la Guerra de la Triple Alianza. En este enfrentamiento, cientos de niños fueron masacrados, lo que marcó un doloroso capítulo en la historia del país.
Hoy, muchos niños en Paraguay continúan enfrentando serias dificultades, cómo es el caso de los pequeños que residen en el Hogar Jardín de Esperanza. Este sitio, ubicado en Villa Elisa, fue creado para brindar un refugio seguro a niños infectados con VIH.

El proyecto nació de la iniciativa de una pareja que, preocupada por la situación de estos niños, comenzó a albergarlos en una casa particular. Desde 2015, el hogar es dirigido por Reinaldo Mongelós y se mantiene gracias al trabajo de voluntarios comprometidos.

Atención integral

Jardín de Esperanza no solo ofrece un lugar donde los niños pueden vivir, también les brinda atención médica, educación y el apoyo emocional necesario para enfrentar las dificultades que implica vivir con VIH. La labor realizada por el hogar es un ejemplo de solidaridad y compromiso en un contexto donde aún existen grandes necesidades y desafíos.

El hogar, que actualmente alberga a varios menores, esta en funcionamiento desde 2009. Está ubicado en la calle Américo Pico y enfrenta varias necesidades esenciales, entre ellas la provisión de alimentos para los niños.

“Los alimentos que los niños necesitan consumir incluyen carnes, pollos, leche, azúcar y otros productos. Algunos de estos alimentos no son de su agrado, ya que están tomando medicamentos fuertes para tratar sus enfermedades, lo cual hace que sea difícil para ellos disfrutarlos”, menciona el director.

“Gracias a Dios, cada uno de los chicos es actualmente indetectable, ya que están bien cuidados y siguen su tratamiento en el Ineram”, informó Mongelós.

La organización del hogar se sostiene gracias al esfuerzo de los voluntarios, quienes, además de encargarse de la alimentación, también se ocupan de la educación y otras necesidades fundamentales de los niños.

“Como en cualquier hogar, nos organizamos para atender las actividades diarias de cada niño. La tía que vive con ellos se encarga de llevarlos a la escuela por la mañana, preparar a los que asisten por la tarde y revisar sus cuadernos y tareas. También nos aseguramos de atender sus necesidades, acompañarlos en sus estudios y brindarles el apoyo necesario en su proceso educativo”, relató el director.

El mayor desafío para ellos es brindarles a los niños lo mejor en términos de educación, tanto moral como espiritual. “Queremos que puedan sentirse como cualquier niño normal”, mencionó.

Añadió que los niños cuentan con todas las comodidades necesarias, así como con la asistencia de trabajadores sociales y médicos. Además, reciben el apoyo constante de los voluntarios que prestan sus servicios en el centro.

Un desafío

El director señala que comparten las necesidades con la comunidad, y muchas personas se unen a la causa.

“Llevar adelante un hogar no es fácil, especialmente cuando recibimos a niños que nos son enviados a través de la fiscalía. Estos niños han atravesado momentos muy difíciles, y cada uno de ellos requiere un apoyo especial, tanto de una psicóloga como de trabajadoras sociales, quienes, junto con un abogado, evalúan su situación y las condiciones en las que vivían antes de llegar al hogar”, comentó.

La mayoría de los pequeños sufrieron profundamente en sus entornos anteriores, la mayoría provienen de hogares donde, lamentablemente, sus padres, de manera irresponsable, los contagiaron, y muchos ya son huérfanos. “El desafío para nosotros es inmenso, y sabemos que no podemos hacerlo solos. Necesitamos la ayuda de la comunidad, de personas con buen corazón y disposición para colaborar”, señaló.

Para celebrar el Día del Niño, en el hogar se están preparando con gran entusiasmo. Los voluntarios acudirán para limpiar el lugar y llevar un poco de alegría a los niños.

Para sumar a la ayuda de los voluntarios, los interesados pueden comunicarse al (0991) 892-173.

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Contactar. Los interesados en realizar donaciones pueden acercarse hasta el Hogar Jardín de Esperanza, ubicado sobre la avenida Américo Picco casi Río Ypané, de 08:00 a 12:00 y 15:00 a 18:00.

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