El contacto de menos de una hora con el robot, de nombre Paro, puede mejorar el humor y reducir la sensación de dolor, tanto severo como leve, indicó el estudio de la Universidad de Ben Gurión, en el sur de Israel.
El equipo investigador identificó también que los participantes del estudio experimentaron una mayor reducción del dolor cuando tocaron al robot que cuando simplemente estuvieron en la misma habitación que el.
Uno de los descubrimientos que llamó la atención de los científicos, sin embargo, fue que quienes interactuaron con Paro registraron menores niveles de oxitocina que aquellos que no tuvieron contacto con él.
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Según los investigadores, los niveles altos de oxitocina suelen asociarse al contacto de niños con sus madres o entre parejas, de ahí el nombre de “hormona del amor”, aunque resaltaron que estudios recientes mostraron también que la producción de esta hormona puede ser también un indicador de estrés.
“Estos descubrimientos ofrecen nuevas estrategias para el manejo del dolor y para mejorar el bienestar, algo que resulta particularmente necesario en este momento, en el que el distanciamiento social es un factor crucial para la salud pública”, señaló la doctora Shelly Levy-Tzedek, del departamento de Terapia Corporal de la universidad.
El robot Paro, de tamaño pequeño, con forma de peluche y de color blanco, produce sonidos similares a los de una foca y mueve su cabeza y aletas cuando lo tocas o le hablas.