El primer gran desafío que afrontamos es el de tener en nuestras mentes muy claro qué país estamos buscando construir en las diversas dimensiones que atiende una República. En esas dimensiones cada uno está llamado a integrar un pedazo del rompecabezas y su claridad, en cuanto a su contribución o negación, podrá apoyar o complicar la construcción del todo. En este caso no cabe duda de que la responsabilidad de comunicar claramente qué rompecabezas estamos armando es de los líderes de un país. Y desde allí se van definiendo consensos y sinergias o eventualmente posiciones contrarias a una intención desde una posición de poder.
El acuerdo o eventualmente la ausencia de un acuerdo entre líderes de un país en el objetivo final que estamos construyendo, puede catapultarnos hacia un mejor país para desarrollarnos. O, en su defecto, retrasarnos y hasta condenarnos como un país no viable. Por esto el consenso y el apoyo deberían ser críticos para conseguir resultados positivos. Todos debemos ser muy conscientes que no se puede construir en el desacuerdo. Estamos viendo resultados positivos en forma sostenida en la gestión de la República y mucho de esto gracias a una planificación en los grandes temas que el presente Gobierno se ha puesto como objetivo.
Las evaluaciones de las Calificadoras de Riesgo internacional nos ayudan para ir cambiando la matriz de inversiones extranjeras, los procesos de culminación y de nuevas iniciativas en inversión pública en el área de educación, salud, seguridad e infraestructura vial. Vemos una intencionalidad de construir y compartir esta visión de lo que Paraguay debe ser en los siguientes años.
Lo que es evidente en la coordinación de las acciones que se están llevando a cabo para concretar las políticas necesarias para conseguir este nuevo rompecabezas queda aún trabajo a hacer. Dentro de la gestión está en conseguir que efectivamente los responsables operativos en el Gobierno no solo entiendan la nueva impronta que se está construyendo, sino que se embarquen en su apoyo y desarrollo. Y esto no está muy claro hasta el momento. Áreas críticas en el rompecabezas son por ejemplo el de la energía eléctrica, donde actualmente hay mucha dispersión de iniciativas entre el discurso y el plan de acción. Áreas en curso de acción, como la creación y construcción del RUN, Registro Unificado Nacional, son áreas con muchas personas técnicas que a la fecha están muy lejos de tener un consenso y una complementación para trabajar juntos en concretar esto que es una pieza fundamental para Paraguay.
La Superintendencia de Pensiones en Paraguay tiene aún una enorme tarea de alinear ideas, intenciones y acciones para conseguir arreglar de alguna manera el enorme pozo fiscal de pérdidas anuales en las cajas de jubilaciones, las que nos acabarán hundiendo si no las solucionamos en unos años más. Nos falta “coordinación y ejecución alineado a la estrategia definida”, y nos falta “comunicación y foco” en toda la maquinaria del Estado. Es algo vital para los que están liderando tener un permanente punto de control y análisis del contexto del día a día. Y creo absolutamente que uno de estos puntos son los mismos líderes empresariales. Evaluarse objetivamente uno mismo es una tarea muy complicada y que la historia demuestra que es altamente ineficiente no tener varias miradas del mismo tema para poder tener una mejor evaluación.
Lo que está muy claro al inicio del 2025 es el país que estamos buscando y el consenso que el propio presidente de la República ha planteado en más de una oportunidad. Estamos consiguiendo paso a paso resultados en el rompecabezas del Paraguay. Nos queda como tarea pendiente más capacidad de ejecutar coordinadamente acciones que nos indiquen de que vamos a llegar a terminar este rompecabezas para el 2028. Asumamos pues el desafío.
