En concreto, un tribunal de Washington evaluará una demanda impuesta por la Fundación Heritage, un laboratorio de ideas de ideología conservadora, contra el Departamento de Seguridad Nacional estadounidense (DHS) para obtener información relacionada con el proceso de aprobación del visado del duque de Sussex.
“La amplia cobertura de los medios ha puesto de relieve la cuestión de si el DHS admitió de forma adecuada al duque de Sussex en vista del hecho de que ha admitido públicamente cometer delitos de drogas tanto en EE.UU. como en el extranjero”, se puede leer en la demanda, a la que ha tenido acceso la cadena CBS.
La Fundanción Heritage argumenta que “la ley estadounidense suele considerar a una persona inadmisible para su entrada” en el país si hay pruebas de que ha consumido drogas en el pasado.
La demanda busca además que el historial de inmigración de Enrique sea hecho público por el “enorme interés” del caso.
En su libro de memorias “Spare”, el duque británico cuenta que consumió drogas cuando era adolescente, como cocaína y marihuana, y que incluso consultó con una mujer con “poderes”, sin dar su nombre ni decir si era vidente, que le dijo que su madre, la fallecida Diana de Gales, aprobaba su decisión de iniciar una nueva vida en EE.UU. con su mujer, la actriz estadounidense Meghan Markle.
Enrique y Markle viven en California desde 2020, tras su decisión de abandonar la familia real británica.