Traviesa, cariñosa y compañera, así describe Sanie López Garelli a su perrita Mila. Sin duda, el amor que la conductora de Vive la Vida siente por su mascota es verdaderamente inigualable. Ella la considera como un miembro de su familia. “Llegó para enriquecerla”, dice Sanie.
Mila, la perra de raza Jack Russell Terrier, tiene siete años de edad. “Cuando son perros grandes eso se multiplica por siete, pero los perros chicos viven más así que se multiplica por tres o cuatro para calcular edad comparada a humanos. Mila tendría unos 28 años”, describe la dueña.
Su nombre, Mila, es una inspiración femenina del nombre Milo, el perro de la película La Máscara.
Una gran compañera
Mila llegó a la casa de Sanie en un momento triste para la familia. Uno de los hijos de la presentadora de televisión tuvo que ir al exterior a estudiar, dejando al menor solo y deseando una mascota que le hiciera compañía. “Pero luego él también viajó y yo ya la adopté como hija, porque me quedé sin mis hijos que estudiaban afuera”, recuerda.
Para la comunicadora su mascota, a la que considera como su hija, es su compañera. “Nos buscamos mutuamente y disfrutamos de nuestra compañía. Cuando viajo, me paso mirando las cámaras de la casa para verla porque la extraño demasiado. Los reencuentros son maravillosos”, confiesa.
La mascota quedó ciega a consecuencia de una retinopatía congénita y no tiene cura. Para Sanie, el diagnóstico, detectado hace un año, fue muy repentino. “Me dijeron los doctores veterinarios, después de muchos estudios que no tiene cura. Además de los doctores oculistas veterinarios de Paraguay, le atendieron doctores de Argentina y Brasil. Todos coinciden en el diagnóstico. Al principio sufrí mucho pero al verle a ella tan feliz igual, me resigné y acepté su nueva realidad. Lo importante es que ella está bien y es una perrita feliz”, enfatiza.
Una perrita feliz
La presentadora de noticias reitera que Mila es una perrita feliz y cuenta que solía ser muy activa, saltaba mucho y siempre estaba en movimiento. Aunque ahora, por su diagnóstico le cuesta un poco más, pero todavía disfruta jugar a la pelota. Sin embargo, ha notado un cambio en su habilidad para seguir la pelota: Si se la tira picando, aún puede encontrarla, pero si la rueda, le resulta más difícil. A pesar de estar un poco menos activa que antes, aún le encanta jugar.
Para garantizar que pueda ejercitarse de manera segura tiene un paseador. En lugar de ser un perro guía, Mila tiene su propio humano guía, quien la saca a diario para que haga ejercicio. Con la correa, la guía y le indica si hay algún peligro en su camino.
“También le encanta pasear en auto, esos son nuestros momentos, prefiero hacerlo en auto por la inseguridad. Nos vamos a diferentes lugares. Es una perrita feliz. Le encanta sentir el viento en la ventana cuando paseamos en auto”, menciona.
Cuando su dueña llega a casa, es la única que la recibe con felicidad, “ya que el resto del mundo está ocupado con sus propias actividades”.
“Es una perrita muy risueña, al menos así lo siento, ya que parece que se ríe cada vez que mueve su colita”, agregó.
Para Sanie tenerla en su vida es un verdadero placer. Considera un honor que el destino las haya unido y que pueda desempeñar el papel de mamá perruna para su amada Mila.
“Para mí, ella es más que una simple compañera; es mi compañerita. Ahora que ya no ve con sus ojos, me sigue viendo desde el corazón y está siempre cerca”, culminó.