Por Sergio Cáceres Mercado | caceres.sergio@gmail.com
Tan grosera es la copia de ciertos elementos que la falta inocultable de originalidad es su impronta principal. Sin embargo, la forma tan desordenada en que es presentada la historia colabora más aún al hundimiento de esta producción. Esta primera característica negativa seguramente la comparte con la serie de novelas en que está basada, pero la segunda es probable que solo sea culpa de la adaptación a la pantalla, pues no concebimos una narración escrita tan enrevesada.
Todos los estereotipos de adolescentes vampiros se cumplen a medida. Desde el momento en que se va introduciendo la taxonomía vampiresca, uno puede ya adivinar cómo irá la cosa, y una vez presentados los personajes ya podemos saber quiénes son los malos y quiénes los buenos. Las alusiones a la saga Crepúsculo en forma de chistes son en realidad el intento por ocultar que esta nueva serie de chupasangres llega muy en segundo lugar.
Ya son incontables las películas con vampiros que viven mimetizados con los humanos, y en los que los lobos u hombres lobos son sus enemigos; así como la reminiscencia de culturas ocultas semimedievales que son los supuestos ancestros poderosos de los actuales protagonistas.
Claro que “Academia de vampiros” pertenece al grupo de realizaciones con personajes teenagers que nos inundan hoy día, antes que otras como las sagas “Inframundo” o “Guardianes de la noche”, donde son los adultos los que tienen papeles protagónicos. Ya se está creando todo un género de películas basadas en novelas juveniles, y esta que ahora comentamos se ubica entre los peores debuts. Veremos si la secuela le ayuda a salir del pozo donde nació.