Los casamientos de niñas menores de 18 años en Brasil tan solo han disminuido dos puntos porcentuales entre 2000 y 2015, un progreso muy lento para conseguir la meta de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que busca erradicar los matrimonios infantiles y adolescentes hasta 2030.
La coautora del estudio y abogada especialista en cuestiones de género del Banco Mundial, Paula Tavares, explicó a Efe que en Brasil existe una brecha legal que permite matrimonios a adolescentes de 16 años con el consentimiento de los padres.
En otros países de Latinoamérica, como Salvador, Paraguay y Costa Rica, “se ha eliminado esa brecha al entender que la legislación debe orientar lo que debe ser permitido y cambiar esa tendencia”, señaló Tavares.
La especialista precisó que existe una relación entre los matrimonios precoces y la pobreza. Por ello, la incidencia es más alta en las regiones norte y nordeste de Brasil, especialmente en las zonas rurales.
Según el documento, a pesar de que todos los estados de Brasil han aumentado la escolaridad, menos de la mitad redujo sus tasas de matrimonio adolescente e infantil, y, en los casos en los que se produjo, dicha disminución no fue expresiva.
Aún así, el organismo insiste en que, además de la adopción de leyes adecuadas, “garantizar que las niñas permanezcan en las escuelas es una de las mejores maneras de prevenir los casamientos en la adolescencia y la infancia”.
Eso también reduciría la incidencia de casos de embarazos precoces, ya que “las dos dinámicas están muy vinculadas”, precisó Tavares.
Reducir los matrimonios de menores de 18 años, concluye el informe, es también “una condición necesaria para aumentar la igualdad de género y posibilitar a las niñas condiciones iguales de alcanzar su pleno potencial”.