El secretario general de la ONU, António Guterres, pidió en la víspera a Hamás que libere a todos los rehenes y a Israel que permita la entrada de ayuda humanitaria en Gaza, al advertir de que Oriente Medio está “al borde del abismo”.
“Gaza se está quedando sin agua, electricidad y otros suministros esenciales”, afirmó Guterres en un comunicado.
Las reservas de la ONU de alimentos, agua, suministros médicos y combustible en Egipto, Jordania, Cisjordania e Israel “pueden despacharse en cuestión de horas”, prosiguió, y añadió que el personal “tiene que poder llevar estos suministros a Gaza y a través de ella de forma segura y sin impedimentos”.

Y pidió a Hamás que libere a los rehenes “inmediatamente” y “sin condiciones”.
“Cada uno de estos dos objetivos son válidos en sí mismos. No deben convertirse en moneda de cambio y deben aplicarse porque es lo correcto”, dijo Guterres, quien afirmó que era su deber hacer ambos llamamientos “en este momento dramático, ya que estamos al borde del abismo en Oriente Medio”.
El político portugués ha sido una de las voces más destacadas en pedir a Israel que abra la Franja para permitir el paso de la ayuda humanitaria.
El enclave, donde viven más de dos millones de personas, se encuentra totalmente bloqueado desde el 7 de octubre, sometido a constantes bombardeos por parte de las fuerzas israelíes y en vilo por la posibilidad de una invasión terrestre por parte de Israel, que se ha negado a permitir la entrada de ayuda humanitaria hasta que no sean liberados los rehenes de Hamás.
Persuasión. El Consejo de Seguridad de la ONU prosiguió ayer las negociaciones difíciles para acordar un texto de resolución sobre el conflicto palestino-israelí, en un momento en que hay dos propuestas sobre la mesa, según fuentes diplomáticas.
Rusia envió el viernes pasado a los miembros del Consejo de Naciones Unidas un proyecto de resolución que insta a “un alto el fuego humanitario inmediato, duradero y plenamente respetado” y a un acceso de ayuda humanitaria sin condiciones.
En tanto, Estados Unidos trabaja junto a Canadá y otros países para lograr que Egipto, que controla el único paso fronterizo que no se encuentra bajo dominio israelí, permita la salida de cientos de extranjeros y palestinos con pasaporte de otros países, incluyendo ciudadanos estadounidenses y europeos.
Egipto ha supeditado la apertura del paso de Rafah a que se permita la entrada de ayuda humanitaria al enclave.
Ayer, de viaje en la zona, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, aseguró que el paso “se abrirá” para facilitar la llegada de ayuda humanitaria a los palestinos atrapados, y anunció el nombramiento de un enviado especial para asuntos humanitarios en Oriente Medio que se encargará de coordinar la llegada de ayuda humanitaria a la Franja.