La apertura de portones se realizó puntualmente a las 16:00. Las personas que se encontraban esperando en las afueras del estadio desde tempranas horas, más que con atuendos inspirados en La Bichota, estuvieron abrigados y con pilotines de todos los colores para hacerle frente “al clima paraguayo”, que al final de la noche sí se portó.
El ambiente a las 19:30 se puso tenso, ya que La Nueva Olla quedó a oscuras por el corte de energía eléctrica –algo típico en nuestro país–; lo único que iluminó el lugar fueron las luces led del imponente escenario, las cuales contaban con generador.
Pasados unos 45 minutos, se hizo la luz y el alma le volvió al cuerpo a más de uno y ya sin preocupaciones de que se vuelva a suspender el concierto; la ansiedad se hizo presente únicamente para ver a la colombiana.
Entrada triunfal
A las 21:49, en pantalla se pudo observar el conteo regresivo, anunciando el inicio del concierto que duró exactamente dos horas reloj.
Mi ex tenía razón, 200 copas, TQG, Mi cama, Tusa, Bichota, Mañana será bonito, Gatubela, El Barco, Cairo, El Makinon, Ella fueron algunas de las canciones que los presentes pudieron disfrutar en vivo.
Además de la calidad vocal de la cantante, otro punto que cautivó la atención de todos fue el imponente escenario, su pasarela de casi 10 metros de largo y todo lo que traía consigo. El juego de luces, la proyección de las pantallas gigantes que parecían ser de videoclips, los bailarines y los muñecos gigantes, sin lugar a dudas, algo nuca visto en nuestro país en lo que va del año.
Cómo era de esperarse, Karol G tuvo varios cambios de vestuario, entre ellos uno con los colores de Paraguay, lo cual causó un grito eufórico de sus seguidores.
El público coreó “rohayhu” en dos oportunidades, causando el asombro de la colombiana. Así también, se tomó el tiempo de leer los carteles y conversar con los presentes, y recibió dos remeras, una pintada a mano de su retrato con la frase “cora porã” y la remera de Paraguay, al la cual le pintó el número 13 con su nombre.