Científicos del Museo de Historia Nacional de Estados Unidos descubrieron, gracias a un estudio genético, que la luminosidad que desprenden es consecuencia de la enzima “luciferasa”, que es liberada durante el proceso reproductivo de estos pequeños seres vivos.
La enzima, que se puede encontrar también en insectos como las luciérnagas, actúa de una manera distinta en los gusanos de fuego, que disponen de una proteína inexistente en los procesos luciferinos de otras especies similares.
Según Michael Tessler, quien participó en el estudio llevado a cabo por el Instituto Sackler de Genomas del Museo de Historia Nacional de Estados Unidos, el descubrimiento podría ser de utilidad para futuras investigaciones relacionadas con la medicina.
“Puede ser realmente útil para detectar moléculas en la investigación biomédica”, indicó el científico.
La luminosidad que desprenden los gusanos de fuego de Bermudas no es un hecho que se conozca recientemente, ya que está documentado por vez primera en el siglo XV, cuando en el año 1492 Cristóbal Colón describió este curioso fenómeno de la naturaleza.
El fenómeno fue aclarado en la década de los años treinta del siglo XX, cuando los científicos establecieron que se debe al apareamiento de los gusanos de fuego (Odontosyllis enopla) de Bermudas, que también pueden encontrarse en zonas cercanas a ese archipiélago atlántico y en algunas áreas del Caribe.
Mark Siddall, de la División de Zoología de Invertebrados del museo y participante en el estudio, indicó sobre este curioso proceso que se produce cuando las hembras salen del fondo y nadan rápidamente en pequeños círculos hacia la superficie.
Los ejemplares de la especie Odontosyllis enopla salen a la superficie y emiten un fuerte resplandor 3 o 5 días tras el plenilunio (luna llena), una hora después de la puesta del sol.
Los científicos piensan que es el modo en que las hembras atraen a los machos y el brillo es fruto de un gen de luciferasa nunca antes encontrado en otras criaturas que desprenden luminosidad.
El fenómeno, según relata, parece un campo de estrellas a través de la superficie de agua negra.
Los machos se dirigen hacia la luz emitida por las hembras y aparecen desde el fondo como cometas que brillan, lo que da paso a una pequeña explosión de luz cuando ambos arrojan sus gametos al agua.
Los especialistas entienden que los gusanos eligen este periodo concreto para aparearse porque los machos ven el brillo de las hembras con más facilidad.
Esta enzima, que nunca se había detectado antes, podría usarse en el área de la biomedicina para rastrear el movimiento de ciertos factores en las células.
La reseñas históricas indican que en la noche del 11 de octubre de 1492 fueron vistas luces desde la cubierta de la carabela Santa María, por Cristóbal Colón, antes de su histórico desembarco en la isla de el Salvador, conocida hoy como isla Watling, en el Atlántico, a la altura de las Bahamas.
Las luces se describieron como “la llama de una vela pequeña que se alzaba y se bajaba alternativamente”, un misterio sin explicación inicial que gracias a la ubicación geográfica y la altura del año y duración del evento coinciden con los procesos reproductivos bioluminiscentes de la especie Odontosyllis enopla.
Los científicos piensan que esta especie puede servir como un modelo para estudiar la evolución en la familia de genes de luciferasa.
Los orígenes y la historia evolutiva de esta y otras luciferasas requerirán, en última instancia, una comprensión más completa que solo será posible con nuevos estudios.