Desde hace 42 días, Htar Htet Htet, de 31 años, vive en la selva, en un territorio controlado por una de las múltiples guerrillas étnicas del país, y aprende el manejo de las armas.
En una foto difundida el martes en su página Facebook, se la ve en sudadera y pantalones negros con un fusil de asalto tipo AK-47 en bandolera.
“Ya sea que tengan un arma, un bolígrafo (...) o que den dinero al movimiento prodemocracia, cada uno debe hacer su parte para que la revolución tenga éxito”, afirmó.
Más de 780 civiles --según una ONG-- fueron asesinados por las fuerzas de seguridad desde el golpe militar del 1 de febrero, que derrocó al gobierno elegido de Aung San Suu Kyi.
A pesar de la violencia, las manifestaciones continúan y los huelguistas paralizan sectores enteros de la economía.
También se intensificaron los combates entre el ejército y varios grupos étnicos.
Miles de opositores a la junta militar, que huyeron de las ciudades, se unieron a estas guerrillas establecidas en las regiones fronterizas del norte y el este.
Lista a pagar con su vida
“Me defenderé tanto como pueda. Estoy dispuesta a renunciar a todo (...) y a pagar con mi vida”, señala Htar Htet Htet que, por razones de seguridad, no revela al lado de qué facción lucha. “No volveremos a casa hasta que ganemos”, subraya.
Nada predestinaba a esta ex reina de belleza, convertida en profesora de gimnasia, a la guerrilla.
La joven fue durante mucho tiempo una protagonista de los concursos de belleza y representó a su país en 2013 en la primera edición de Miss Grand International, una competición que se celebra cada año en Tailandia.
Pero cuando ocurrió el golpe de Estado del 1 de febrero, que puso fin brutalmente a un paréntesis democrático de 10 años, Htar Htet Htet, denunció este atropello en Facebook.
Las fotos de reinas de belleza en trajes de baño fueron reemplazadas día a día por un relato meticuloso de los acontecimientos: manifestaciones masivas contra los militares, huelgas, abusos militares, asesinatos de civiles...
Htar Htet Htet comenzó a participar activamente en la campaña de desobediencia civil en Facebook. “No hago política. Mi objetivo es acabar con esta dictadura”, escribió.
A principios de marzo, la joven expresó su preocupación por ser detenida en una de las múltiples operaciones llevadas a cabo por las fuerzas de seguridad.
Unas semanas más tarde, Htar Htet Htet terminó por unirse a la guerrilla. En las redes sociales abundan los mensajes de aliento: “Respeto, querida hermana”, “Que la fuerza te acompañe en los bosques y en las montañas”.