“Por el amor de Dios, este hombre no puede permanecer en el poder”, dijo en Varsovia el presidente estadounidense, que unas horas antes había llamado “carnicero” a su homólogo ruso.
Estas declaraciones, al final de un discurso de 27 minutos en el que había sopesado cada palabra para evitar una escalada de tensiones en el flanco este de la OTAN, tomaron por sorpresa a la comitiva del mandatario, porque parecían marcar un punto de inflexión en la política exterior de Estados Unidos de los últimos tiempos de no pedir un cambio de régimen en el mundo.
“Lo que el presidente quiso decir es que no se puede permitir que Putin ejerza el poder sobre sus vecinos o la región”, matizó la Casa Blanca minutos después. “No estaba hablando del poder de Putin en Rusia, o de un cambio de régimen”.
El domingo, fue el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, quien trató de aclarar las declaraciones de Biden. El presidente quiso enfatizar que “no se puede permitir que Putin lance una guerra, o una agresión contra Ucrania o cualquier otro país”, dijo.
La elección del líder de Rusia “les corresponde a los rusos”, dijo Blinken.
Pero el mal estaba hecho.
MACRON SE DESMARCA. El presidente francés, Emmanuel Macron, advirtió contra “una escalada de palabras y acciones en Ucrania”.
“No utilizaría este tipo de términos porque sigo hablando con el presidente Putin”, dijo Macron el domingo. “Queremos detener la guerra que Rusia ha lanzado en Ucrania sin ir a la guerra. Ese es el objetivo”.
Varios legisladores y expertos estadounidenses han encontrado contraproducente esta afirmación de Biden en un momento en que toda la estrategia de Washington es evitar que Vladimir Putin se sienta “provocado” y extienda el conflicto más allá de Ucrania, con el riesgo de un enfrentamiento directo, potencialmente nuclear, con Estados Unidos y sus aliados de la OTAN.
El senador republicano Jim Risch dijo que el discurso de Biden, pronunciado al final de un emotivo día en Polonia, que incluyó una reunión con refugiados ucranianos, fue un “buen discurso”. “Pero hubo un gran error al final”, agregó. “Esta administración ha hecho todo lo posible para evitar cualquier escalada. No hay mucho más que puedas hacer para escalar que pedir un cambio de régimen”, dijo.
Para el ex diplomático estadounidense Richard Haass, Vladimir “Putin considerará esto como una confirmación de lo que ha creído desde el principio”. Biden “hizo más difícil una situación difícil y aún más peligrosa una situación peligrosa”, dijo Haass, que preside el centro de análisis Consejo de Relaciones Exteriores.
François Heisbourg, del International Institute for Strategic Studies (IISS), dijo que ni los comentarios de Biden ni los esfuerzos de Antony Blinken para corregirlos habían sido constructivos.
“La gente siempre habla demasiado”, tuiteó Heisbourg. "¿Por qué Joe y Tony sienten la necesidad de desahogarse cuando sería mejor que se abstuviesen en este momento de la guerra?”, preguntó.
Reacción de Moscú
Justo después del discurso del presidente Joe Biden, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, consideró que a Washington no le corresponde decidir quién lidera el país y afirmó que “al presidente de Rusia lo eligen los rusos”. Sostuvo que los insultos del presidente de EEUU reducen la posibilidad de mejorar las relaciones entre Washington y Moscú. “Un líder debe mantener la calma”, declaró el portavoz del Kremlin, a la agencia oficial TASS.