Luego de más de 7 horas, una mayoría en el Senado votó ayer por la expulsión del liberal llanista Dionisio Amarilla del Congreso. Es el quinto legislador que en menos de un año pierde su banca por corrupción. El liberal se suma así a José María Ibáñez, Óscar González Daher, Jorge Oviedo Matto y Víctor Bogado.
Hubo una serie de jugadas y maniobras dilatorias en la que estuvieron involucrados incluso los senadores de Añetete, con el propio titular de la Cámara Alta, Silvio Ovelar, al frente. En un intento desesperado por el salvataje hasta se presentó un pedido de suspensión por 60 días sin goce de dieta para el acusado por uso indebido de influencias.
Amarilla esperaba que sus colegas posterguen el tratamiento de su pérdida de investidura, pero actuó en forma soberbia con acusaciones y amenazas sobre todo a los que pidieron su salida.
En todo su discurso en su defensa, que primero fue en forma entrecortada, y luego bastante extensa, intentó instalar que el tráfico de influencias es una práctica común que se da entre los senadores.
Como una forma de presión, también apareció un pedido del llanismo de pérdida de investidura para Patrick Kemper, de Hagamos.
El mismo le pidió a Amarilla que intermedie con la ministra de Industria, Liz Cramer, y un amigo suyo propietario de estaciones de servicios.
El llanista más bien se enfocó en tratar de desmeritar al periodista Juan Carlos Lezcano, quien fue el que lo dejó en evidencia mediante una serie de videos.
En un momento dado de su exposición, hasta hizo difundir un video del papa Francisco sobre una conversación con un periodista a quien le daba consejos. Amarilla dijo sentirse identificado, y que parecía que Jorge Bergoglio editó el video como dedicatoria para él.
“Pareciera una corte marcial que a tambor batiente tiene que llevar todo”, reclamó.
Por momentos cambiaba de ánimo, primero se mostraba prepotente, para pasar luego a declararse como víctima del “sicariato mediático”.
Refirió que tenía la espalda suficiente para aguantar y además “sin lloro”, dispuesto a atornillarse en su banca.
Con el correr de las horas, finalmente comenzó a despedirse de sus pares y a agradecer la mediación de Beto Ovelar, Óscar Salomón, Lilian Samaniego y los llanistas.
A los que estaban pidiendo su cabeza los trató abiertamente de “carroñeros”.
Tanto Blas Llano como Fernando Silva Facetti intentaron salvar a su correligionario, pero el que no disimuló su apoyo fue Silvio Ovelar
Anunció que iba a votar en contra de la expulsión de Amarilla y reveló que operó para que Enrique Buzarquis no pierda su banca. También mencionó que visita a González Daher y Ulises Quintana en sus respectivos lugares de reclusión.
Antes de la votación, Amarilla se retiró de la sala, en donde estuvo acompañado de sus abogados. Hubo 31 votos por su pérdida de investidura, por lo que automáticamente queda fuera del Senado.
Abogados desafiaron a senadores
En vez de ejercer la defensa y presentar pruebas o alegatos, los abogados de Dionisio Amarilla prácticamente desafiaron a los senadores.
Carolina Ferreira de Gorostiaga inició su intervención alegando que el tribunal, conformado por los parlamentarios, era al estilo de Torquemada.
“No esperaba nada de ustedes, pero me decepcionaron”, fueron sus palabras, lo que generó un reclamo generalizado de los senadores. El titular del Senado, Silvio Ovelar, tuvo que advertirle que le cortaría el micrófono.
Terminó diciendo que si estaban preocupados por el prestigio, entonces debían cumplir el debido proceso.
Carlos Bogado refirió que por más que su cliente, por Amarilla, ya daba por hecho su expulsión, por su parte apelaba a la razón, conciencia y corazón de los senadores para que recapaciten.
Asumirá Eusebio Ramón Ayala
Con la salida de Dionisio Amarilla, el llanismo pierde una banca. Es que en su lugar asumirá el efrainista Eusebio Ramón Ayala, quien figura en la lista de suplentes. Está previsto que la próxima semana sea convocado.