El ataque más reciente ocurrió este lunes cuando una joven fue mordida en varias partes del cuerpo por un escualo y, de acuerdo con el Hospital de la Restauración de Recife, parte de uno de sus brazos le fue amputada.
El ataque se produjo a menos de 500 metros del que se registró el domingo, cuando un joven de 14 años fue mordido y su pierna también tuvo que ser amputada, en un suceso también ocurrido en la playa de Piedade, situada en el municipio de Jaboatão dos Guararapes.
Con estos dos ataques, se elevan a tres los registros de personas heridas por mordeduras de tiburón en la región metropolitana de Recife en las últimas dos semanas.
El primer ataque se produjo el pasado 20 de febrero, en el municipio vecino de Olinda, cuando un tiburón atacó a un surfista, quien sobrevivió a las mordidas del animal.
El Comité Regional de Monitorización de Incidentes con Tiburones (CEMIT, por su sigla en portugués) indicó a EFE que especialistas de la entidad están “analizando” los dos casos y el “intervalo corto” que tuvieron los recientes ataques.
El organismo señaló que 36 kilómetros de playas localizadas entre los municipios de Olinda y Jaboatão dos Guararapes, pasando por Recife, la capital regional, fueron declarados en “situación crítica” y con “riesgo de nuevos ataques”.
La gobernadora de Pernambuco, Raquel Lyra, visitó este lunes a los tres sobrevivientes de los ataques, que están internados en el mismo hospital de referencia, y anunció medidas para “intensificar las acciones”, comenzando con la retomada de las investigaciones científicas, suspendidas desde 2015.
A pesar de la señalización de peligro de ataques de tiburón en 150 puntos del área metropolitana de Recife, las personas continúan visitando los lugares y muchos entran al mar desafiando las advertencias.
En total, el estado de Pernambuco –del que Recife es su capital– contabiliza 77 ataques de tiburón desde 1992, 10 de ellos en el archipiélago de Fernando de Noronha, ubicado a unos 550 kilómetros de la costa continental.