Las panteras de Florida, una subespecie protegida del puma americano, de la que aproximadamente quedan solo entre 120 y 230 ejemplares, tienen en las vías rápidas de automóviles su mayor peligro, aunque este año se ha sumado en su contra la pandemia de coronavirus.
De acuerdo con las estadísticas de la FWC, que dispone de una guía para las personas que viven en zonas donde hay panteras y un mapa de avistamientos, que muestra que el sur del estado es su reducto principal, la muerte se esconde en la carretera para estos bellos animales.
Lea más: Muere a los 38 años la osa panda en cautividad más vieja del mundo
Este año un ejemplar resultó muerto por otra pantera, otro atropellado por un tren y una persona mató a un tercer ejemplar intencionalmente, dejando su cuerpo mutilado al costado de una carretera cerca de Immokalee (condado de Collier).
Todos los demás ejemplares de estos felinos hallados muertos este año sufrieron el embate de automóviles.
De acuerdo con datos contrastados del FWC, el año pasado murieron 27 panteras, mientras en el 2019 perecieron 30.
“Normalmente decimos que el número de muertes y atropellos de panteras aumenta junto con el tamaño de la población” de estos animales, indicó Dave Onorato, biólogo de FWC especialista en panteras, según recoge este sábado el Miami Herald.
Entérese más: Unos 61.000 koalas víctimas de incendios del “Verano Negro” en Australia
Bajo esa lógica, un recuento de muertes más bajo podría significar una mala noticia para la especie en peligro de extinción. “Es plausible. No queremos darle demasiada importancia todavía, pero sin duda llama nuestra atención”, anotó Onorato.
Precisamente, 2020 comenzó fatídicamente con cuatro muertes por atropello para la pantera de Florida, también conocida como león montañés o puma.
Un factor que complica las cifras de 2020 es que los biólogos han rastreado menos panteras con collares de radio-frecuencia. El trabajo de estos científicos se ha visto obstaculizado en parte por la pandemia de covid-19.
“No queremos ser los responsables de transmitir (la enfermedad) a las panteras”, dijo Onorato.
Se trata de la última subespecie que todavía sobrevive en el este de los Estados Unidos. La gran bajada de números de ejemplares ocurrió antes de 1950, cuando todavía era legal cazar panteras. La especie se clasificó en peligro de extinción en 1967 y está amparada por leyes federales y estatales.