El Comité de Patrimonio Mundial incluyó, en su cuadragésima tercera reunión celebrada en la capital de Azerbaiyán, en la lista de sitios culturales ocho edificios del afamado arquitecto, considerado el precursor de lo que es conocido como “arquitectura orgánica”, la armonía entre la construcción y la naturaleza.
El conjunto de obras declarado Patrimonio Mundial incluye edificios diseñados por Wright durante diversas etapas de su prolífica carrera y ubicados en todo Estados Unidos, incluido el museo Guggenheim de Nueva York y la Casa de la Cascada (Fallingwater) en Pensilvania.
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También fueron reconocidas otras obras emblemáticas del famoso artista como el Templo Unitario (Unity Temple) y la Casa Robie (Frederick C. Robie House) ambas en Illinois; la Casa Taliesin y la Casa Jacobs 1 (Herbert Jacobs House) en Wisconsin; la Casa Malva (Hollyhock House) en California; y la casa-taller del arquitecto, Taliesin West, en Arizona.
Precisamente la Casa Jacobs 1 es considerada como una de sus primeras casas “Usonian”, un estilo desarrollado por el visionario de la nueva arquitectura estadounidense entre 1936 y los años 50 del siglo pasado para abaratar las viviendas de la clase media que padeció las consecuencias de la gran depresión de 1929.
Los inmuebles “Usonian” ideadas por Wright, con plazas de aparcamiento al aire libre y cocinas americanas, no tardaron en cobrar popularidad entre los habitantes de EEUU, haciendo que sean comunes en el país hasta hoy día.
El Comité de Patrimonio Mundial destacó la importancia que tuvo Wright para la arquitectura “a escala global” durante la primera mitad del siglo XX y más adelante.
Su trabajo, indica el Comité, repercutió en la manera de concebir la arquitectura y el diseño en todo el mundo, “y continúa haciéndolo también a día de hoy”.
Entre otros puntos, el Comité señala que las ocho construcciones del artista “ilustran diversos aspectos de su nuevo enfoque a la arquitectura”, pensado para el “contexto estadounidense”, pero que se adaptó a la vida de muchas otras ciudades del mundo.
El carácter universal de su visión hizo que sirviera de inspiración para arquitectos del Movimiento Moderno en Europa y a algunos artistas en América Latina, Australia y Japón, afirma el Comité.
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Agrega asimismo que los edificios que entran en la Lista del Patrimonio Mundial abarcan desde lugares de culto hasta museos y viviendas familiares situados en “ciudades, suburbios, bosques y desiertos”.
Todos son patrimonio histórico de EEUU, cuentan con altas medidas de seguridad y están protegidos contra “alteraciones, demoliciones u otras modificaciones inapropiadas”.
Una de las construcciones pertenece a un Gobierno local, mientras los demás inmuebles están en manos de organizaciones no gubernamentales, fundaciones y particulares.
La Fundación Frank Lloyd Wright, encargada de preservar el legado del maestro de la arquitectura estadounidense, destacó que la colección de los edificios de Wright es la primera representación de la arquitectura moderna de Estados Unidos en la Lista del Patrimonio Mundial.
La candidatura estadounidense, con once edificios de Wright, ya fue presentada para su inclusión en la Lista de Patrimonio Mundial en 2015, pero posteriormente se revisó y volvió a ser remitida para su evaluación, esta vez con ocho obras del artista.