Antes de la pandemia, las niñas y los niños con discapacidad ya se encontraban en desventaja con respecto a estudiantes sin discapacidad, opina Giannini.
Los alumnos y las alumnas con discapacidad tenían 10 puntos porcentuales menos de probabilidades de asistir a la escuela que sus pares sin discapacidad.
El dato responde a un reciente informe de la organización, que destacaba también que el 64% de países solamente tienen educación inclusiva que abarca a múltiples grupos marginados en la región.
“El mundo necesita, hoy más que nunca, sistemas educativos inclusivos para responder a la presión que el Covid-19 está ejerciendo sobre el aprendizaje para todos y todas, así como para desarrollar resiliencia de cara a las grandes crisis que nos pueda deparar el futuro”, destaca la alta funcionaria de Unesco.
Clases virtuales. Otra dificultad para acceder a una educación con inclusión durante esta pandemia del Covid-19, que cerró escuelas en el país y en el mundo desde marzo, fue el uso de las plataformas virtuales.
Las plataformas en línea han sido una respuesta educativa importante ante el cierre de escuelas, pero menos de la mitad de los hogares de América Latina y el Caribe tiene acceso a internet o una computadora, expresa el comunicado.
En Paraguay, 8 de cada 10 escolares no cuenta con computadoras en sus casas, según la Encuesta Permanente de Hogares (2019).
Pero además, la Unesco hace énfasis en lo que implicaron las plataformas para el estudiantado con discapacidad.
“La mayoría de las plataformas de aprendizaje a distancia no han sido diseñadas teniendo en cuenta al alumnado con discapacidad”, destacan.
Es problemático que las leyes del 42% de los países de América Latina y el Caribe establezcan que las y los estudiantes con discapacidad deben ser educados en entornos separados, también resaltan como estadística.
Así es que solo el 16% de los países de la región aboguen por una educación inclusiva en sus legislaciones más actuales.