El material fue elaborado y publicado en colaboración entre la Unesco y el BID, con el que buscan emprender un llamado para la acción regional para que todas las respuestas educativas se basen en los principios fundamentales de inclusión, equidad y no discriminación.
Entre los problemas para el reinicio de las clases en el próximo curso lectivo, dan cuenta algunos datos sobre el acceso a la conectividad y a las TIC, el incremento de docentes y directivos de las instituciones escolares para el 2021, sobre todo si el plan es sostener un sistema híbrido, entre lo presencial y virtual.
El documento destaca a Paraguay como uno de los países con menos acceso a tecnologías en la región. El 20,4% de los hogares del país cuentan con acceso a internet, mientras que solo el 25,4% cuenta con computadoras en sus viviendas.
DESAFÍOS. ”Una inversión suficiente, oportuna y eficiente será indispensable para reducir los impactos actuales y futuros de la pandemia en la educación y evitar una catástrofe generacional”, asegura Claudia Uribe, directora de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de la Orealc/Unesco.
Agrega que los desafíos que ya se tenían en la región, como las desigualdades en el acceso, la exclusión o la falta de recursos, se verán más afectados por la pandemia del Covid.
En el 2018, 10,5 millones de niños, niñas y adolescentes de América Latina y el Caribe no asistían a la escuela, de los cuales un 16% estaba fuera de la primaria, un 22% fuera de la secundaria baja y un 62% de la secundaria.
Las y los estudiantes de la región no alcanzan las competencias básicas de aprendizaje, según los resultados de Pisa (OCDE) y del Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo (Terce).
Al respecto, en Pisa solo el 8% de los estudiantes paraguayos alcanzaron el mínimo en Matemáticas.
Asimismo, solo 3 de cada 10 estudiantes entienden lo que leen, siempre según el reporte del organismo.
“Será clave la capacidad de los países por definir acciones prioritarias que permitan garantizar la seguridad de las operaciones escolares y priorizar la atención educativa para las poblaciones más vulnerables”, agrega Sabine Riegle-Aubourg, jefa de la División de Educación del BID.