En el estudio denominado “Juventud desigual: Un reto para el desarrollo del Cono Sur”, de Virginia Queijo, Marisol Rodríguez Chatruc y Belén Sotto, publicado por el BID, se hace un análisis de la situación de la juventud en Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.
Dicha investigación revela que casi 6 de cada 10 jóvenes en el Cono Sur viven en hogares pobres o vulnerables. Mientras que Brasil y Paraguay presentan las mayores tasas de pobreza juvenil, superando el 20%. En estos dos países, 1 de cada 4 jóvenes de 15 a 19 está en situación de pobreza.
En ese sentido, se menciona que la pobreza afecta más a los jóvenes que a los adultos, especialmente en el grupo de 15 a 19 años, con tasas de pobreza que son el doble de las de los adultos.
Asimismo, el estudio indica que la participación de los jóvenes en el mercado laboral es más alta en Brasil y Paraguay, donde el porcentaje que asiste al sistema educativo es relativamente bajo, mientras que en Argentina, Chile y Uruguay alrededor de la mitad de los jóvenes se dedican exclusivamente a estudiar (porcentaje mayor al promedio de América Latina y el Caribe).
Otro de los datos alarmantes es que de cada 10 trabajadores jóvenes, 8 tenían un trabajo informal en Paraguay, 7 en Argentina, 5 en Brasil, 4 en Chile y 3 en Uruguay.
Entretanto que una encuesta realizada por el BID a empresas en Paraguay y Uruguay revela que los problemas con las habilidades socioemocionales en el trabajo explican una parte muy importante de los despidos y de la alta rotación del personal.
Cifra NiNis. El estudio contabiliza en más de 8,5 millones los jóvenes NiNis (que no estudian ni trabajan) en el Cono Sur, de los cuales casi 6 millones son NiNiNis (que no estudian, ni trabajan, ni buscan empleo); la mayoría de ellos se encuentran en los quintiles más bajos de ingresos.
En el caso de Paraguay, la investigaciones resalta que en la última década, la proporción de NiNis aumentó en el país y Brasil; y se redujo en Argentina, Chile y Uruguay. “Las tasas varían por país: en 2022, Argentina tenía una tasa del 15% de NiNis, Brasil del 21% Chile del 15%, Paraguay del 17% y Uruguay del 16%.
Se subrayan la importancia de contar con políticas focalizadas que intenten mejorar la educación y la formación de los jóvenes de grupos más desfavorecidos y compensar las diferencias del proceso educativo.
Agrega que una combinación de intervenciones centradas en la reducción de barreras, la creación de entornos positivos, la relevancia y calidad de los programas educativos y el enfoque en la equidad es fundamental para asegurar que todos los estudiantes se gradúen de la escuela secundaria con las habilidades necesarias para continuar aprendiendo y acceder a empleos de alta calidad.