Marisa desde hace 29 años trabaja en el Hospital de Pediatría Garrahan, en Buenos Aires, donde se convirtió en el ángel de la guarda para numerosas familias humildes que viajan al vecino país, en busca de ayuda gratuita.
Un promedio de 10 a 15 niños paraguayos acuden diariamente al Hospital Garrahan, donde el 10% de los 720 internados son compatriotas. Actualmente, hay cinco niños con trasplante hepático que siguen tratamiento.
El trasplante hepático con donantes vivos, enfermedades cardiológicas complejas, oncológicas, problemas neurológicos son los tratamientos con más demanda. Marisa lamenta que no haya tratamiento en el país para los niños trasplantados. Recientemente vino al país para reunirse con el presidente Horacio Cartes, pero no fue recibida.
Lamentó el hecho, porque no le dan importancia a la salud de los niños. En mi país me cerraron la puerta, lamentó.