28 sept. 2024

Urge conciencia ambiental, pero también sanciones por ecocidio

Es muy necesario entender que ningún tipo de actividad humana será posible si las sociedades no cuidan del lugar en el que vivimos. Con la reciente experiencia de los incendios forestales en el Chaco paraguayo, en los que el país ha perdido miles de hectáreas y su consecuencia directa de la densa humareda tóxica afectó a gran parte del país, se pudo ver de cerca la necesidad de crear conciencia del cuidado ambiental, pero al mismo tiempo se precisan leyes que sancionen el ecocidio, protejan los bosques y garanticen los recursos acuíferos.

Tras la denodada lucha de los bomberos voluntarios para acabar con los incendios forestales en la zona de Chovoreca, Alto Paraguay, persisten focos de incendios y su consecuencia directa en forma de densa humareda y bruma. Más de 181.000 hectáreas de bosques nativos en la reserva natural situada en la frontera con Bolivia se vieron afectadas por el incendio, provocado por una quema intencional de pastizal que se propagó muy velozmente. De acuerdo con los datos del Instituto Forestal Nacional (Infona), a nivel de todo el país las pérdidas llegan a un total de 353 mil hectáreas.

Lamentablemente, fue la acción humana la que provocó la catástrofe. El Infona presentó denuncia ante el Ministerio Público contra propietarios de dos fincas donde se originó el incendio.

La población vivió de cerca una de las consecuencias de estos incendios cuando la calidad del aire se volvió absolutamente insalubre en algunas zonas, afectando a personas con cardiopatías o enfermedades pulmonares. Según el sistema AirNow, que recopila datos de la calidad del aire a través de sensores distribuidos en las embajadas estadounidenses en varios países del mundo, durante la semana crítica de los incendios, el de Paraguay figuraba como el territorio más contaminado. Con una escala de 190, la calidad del aire era insalubre y la población estuvo en riesgo de tener efectos en su salud, con cuadros graves en los grupos sensibles; después de Paraguay, aparecía la República Democrática del Congo con una escala de 166 y Pakistán con 160.

Precisamente, la calidad del aire muestra una de las terribles consecuencias de los incendios, los que fueron calificados por el obispo del Vicariato Apostólico del Chaco, Gabriel Escobar, como un crimen socioambiental. Durante su homilía en la Catedral María Auxiliadora, del distrito de Fuerte Olimpo, en el Alto Paraguay, puntualizó sobre la indignación y sobre la falta de castigos ejemplares. El obispo cuestionó la falta de políticas públicas claras y pidió: “No debemos acostumbrarnos al péichante ni a las soluciones parches del momento, sino que las soluciones deben ser serias a corto y largo plazo, constantes y perseverantes”.

Monseñor Escobar llamó “ecocidio” a lo ocurrido en las últimas semanas: “Como paraguayos y chaqueños nos ha tocado vivir desde hace varios meses la consecuencia de la sequía, la bajante del río Paraguay, los incendios forestales. Nos vemos desesperados sin saber cómo enfrentar dicha situación, estos problemas, que son cíclicos. Unos años de sequías, y otros años, inundaciones. Sin embargo, las soluciones siempre son parches con los que nos acostumbran y siempre a última hora”.

Es importante la reflexión del prelado, especialmente al contemplar las consecuencias de bosques incinerados, al decir que “ahora que está todo quemado, hecho cenizas, pasarán maquinarias sobre los terrenos afectados para convertirlos en pastizales para ganado”.

Los incendios forestales destruyen grandes extensiones de bosque nativo, y esto tiene consecuencias, no solamente afectan a la fauna y flora autóctonas, a las fuentes de agua y ciclos climáticos locales, sino también particularmente a las comunidades humanas. Este es el caso de las comunidades indígenas de la zona chaqueña que prácticamente durante todo el año soportan las penurias por la sequía, el humo de los incendios, las enfermedades y básicamente el abandono por parte del Estado. Debemos crear conciencia sobre la importancia del cuidado ambiental, pero al mismo tiempo, el Estado debe endurecer las sanciones a quienes destruyen lo que es el patrimonio de todos. Como escribiera el papa Francisco en su encíclica Laudato si, en la que hace un llamado urgente a proteger “nuestra casa común”.

Más contenido de esta sección
Se cumplieron 20 años de uno de los secuestros más terribles en el Paraguay, sucedido en tiempos de democracia. Un grupo criminal secuestró a Cecilia Cubas, hija del ex presidente de la República Raúl Cubas Grau (1998-1999) un 21 de setiembre de 2004, cuando estaba llegando a su casa, en el barrio Laguna Grande de San Lorenzo. Luego de varios meses, sus captores la condenaron a muerte. La sociedad no puede olvidar como tampoco puede ignorar que actualmente todavía permanecen tres compatriotas secuestrados.
Los informes del Ministerio de Economía y Finanzas sobre la ejecución presupuestaria 2023 y 2024, así como el proyecto de Presupuesto 2025, muestra una preocupante evolución de los rubros priorizados en la ejecución del gasto. Los servicios de la deuda están aumentando rápidamente en un contexto de baja inversión física y de cobertura y calidad básicas, esenciales para el buen desempeño futuro tanto macro como micro. El pago de la deuda lleva a una mal llamada “austeridad”, ya que en lugar de generar medidas que aumenten la eficiencia y generen capacidad productiva, lo que se hace es dinamitar las capacidades nacionales a largo plazo.