A dos semanas de las elecciones se hicieron públicas denuncias de situaciones irregulares respecto al transporte público. Además de las reguladas, desmentidas tanto por los empresarios del transporte como por las autoridades del Viceministerio de Transporte, se descubrió la existencia de pasajeros fantasma.
La organización ciudadana denominada Organización de Pasajeros del Área Metropolitana de Asunción (Opama), con un estupendo trabajo de investigación, denunció que con una tarjeta se realizaron más de 600 viajes en pleno día domingo, precisamente uno de los días de la semana en que el servicio de transporte es casi inexistente.
Mediante un amparo sobre acceso a la información pública referente a la operación del transporte público en el área Metropolitana se pudo acceder a datos muy relevantes. De acuerdo con uno de ellos se supo que una resolución que establecía los parámetros y requisitos del rendimiento, con intervalos mínimos de 15 minutos, fue reemplazada por una nueva resolución, que no había sido publicada, y no garantiza frecuencias mínimas para el servicio. Al mismo tiempo, haciendo un seguimiento de tarjeta se tuvo la información de que un caso gastaba en un mes G. 7 millones, de 35 viajes por hora, por 24 horas, en siete días de la semana, por ejemplo.
Como consecuencia, 486.000 validaciones sospechosas fueron remitidas al Ministerio Público, las mismas corresponden al año 2022. Sumado a esto, la Subsecretaría de Estado de Tributación había detectado indicios de evasión, algunas quiebras sospechosas de empresas del transporte público. Según informó el viceministro de Tributación, Óscar Orué, detectaron que muchas empresas se declaran en quiebra, se van y abren otras.
No obstante, las reguladas y las irregularidades relacionadas con el cobro del subsidio a los empresarios no son los únicos aspectos que funcionan mal y que deben ser corregidos: La realidad del transporte público en el Paraguay es crítica y urge que las autoridades que asumirán la conducción del país la asuman como una de sus prioridades.
Este es un problema que no afecta exclusivamente a los pobladores de Asunción, su área Metropolitana y el Departamento Central, sino a todo el país.
Se debe mencionar el caso de una de las ciudades más pobladas del país, Ciudad del Este, que padece un pésimo servicio de transporte público urbano; con unidades en lamentable estado de conservación, y no cumplen horarios ni itinerarios. Debido a esta razón, la población del Este apuesta a la movilidad propia, lo cual a su vez genera una saturación en calles y avenidas. Según datos de la Municipalidad de CDE, entre el 2008 y 2014 el parque automotor se duplicó, y se estima que hoy en día los habitantes de Ciudad del Este queman entre 70 a 80 millones de litros de combustibles al mes.
Los paraguayos tienen derecho a acceder a un sistema de movilidad urbana y a tener acceso a un sistema de transporte que responda a sus necesidades; que puedan acudir a sus lugares de trabajo, estudio o esparcimiento con seguridad y en condiciones de comodidad.
Cuando el viceministro de Transporte señala que se debería realizar una “reforma de itinerarios”, pues algunos de los itinerarios vigentes fueron formulados hace 50 años, enfoca apenas un mínimo aspecto del problema. Se debe cambiar el enfoque.
Paraguay debe dejar de ser un país atrasado.
Para eso se debe implementar el sistema BTR, sistema de bus de tránsito rápido, el uso de buses eléctricos, sistema de trenes de media y larga distancia, asegurar las bicisendas y todo lo que conforma la movilidad urbana. Dotar de un buen servicio de transporte público para la ciudadanía no es un lujo, es un derecho.