Un caso dramático, el del asegurado del IPS de 78 años, quien ingresó al Hospital Central por fuertes dolores en el pie y terminó con ambas piernas amputadas se convirtió en un hecho mediático que conmocionó a la población entera. Pero desencadenó al mismo tiempo denuncias de supuestas irregularidades y presunta negligencia médica por parte de los familiares; y al final las renuncias del director médico de la previsional y del jefe de Traumatología.
Inicialmente y tras la presión mediática y ciudadana, las autoridades de la previsional primero salieron a decir que solo se trató de un “error comunicacional” y negaron que se tratara de una equivocación; posteriormente reconocieron que ninguno de los médicos habló con los familiares sobre el cambio de decisión, ni antes ni después de la intervención quirúrgica.
La Fiscalía también intervino y solicitó la conformación de una junta médica. Con el correr de los días se fueron divulgando otros documentos donde consta que el paciente incluso fue operado por dos médicos residentes y sin ninguna supervisión de un tutor, como lo establece el protocolo de IPS.
Este caso, no obstante, es uno más en la suma de agravios que sufren los pacientes y asegurados del Instituto de Previsión Social. Las quejas y los reclamos se acumulan sin que autoridad alguna los resuelva, e incluso se ha llegado alguna vez al insulto para los usuarios, cuando un ex presidente de la República afirmó que el Instituto de Previsión Social es “el mejor seguro del universo”.
Un completo reportaje de Última Hora desmiente dicha afirmación. El trabajo periodístico muestra con testimonios que el servicio de Traumatología del Hospital Ingavi del Instituto se encuentra saturado; el área registra 480 consultas ambulatorias por día y 10.000 cirugías al año. Los pacientes en sillas de ruedas y muletas sufren esperas de hasta cuatro horas, además de que los agendamientos para traumatología general o con los especialistas de mano y pie, rodilla, columna y otros, solamente se obtienen por el call center o en ventanilla del servicio de Traumatología en el Hospital de Especialidades Quirúrgicas Ingavi, ubicado en San Lorenzo. Vía ventanilla los turnos se obtienen para el día o para un plazo de 2 a 7 días, mientras que en el call center el promedio de espera es de 30 días, según comentaron los pacientes.
Una paciente mencionada en el reportaje debió esperar semanas para una cita médica, resulta que sufrió un accidente en moto en febrero pasado, camino a su trabajo, y ya suma cinco meses de reposo, dos cirugías y 90 días de fisioterapia. La asegurada relató que hasta hilos de sutura tuvo que comprar para la cirugía que le hicieron en el Hospital Central en febrero pasado, pero que el IPS le proveyó los tornillos y las prótesis, que tienen un alto costo. Pese a todo, no se queja de la atención médica, pero sí del excesivo tiempo de espera.
El IPS tiene serios problemas, incluso con los recursos que dispone no pudo en la última década estar a la altura de la demanda de los usuarios. Por esto, la atención a los aportantes se ha ido deteriorándose cada vez más, y prácticamente todos los días surgen reclamos de los asegurados. Los pacientes y sus familias se encuentran impotentes, abandonados a su suerte cuando de hallar una cama de internación y particularmente en cuanto a la provisión de medicamentos se trata.
La institución acumula una desmesurada incompetencia, esto en un país en el que no existe la salud universal, donde el sistema sanitario es muy frágil, y en el que la inversión del Estado en el rubro de Salud es mínima.
Se imponen cambios en el IPS y estos deben ser radicales y urgentes.