La principal medida para combatir la inflación y, al parecer, la más costosa, es la monetaria. El segundo informe cuatrimestral del Banco Central del Paraguay sobre el costo de la política monetaria muestra un aumento considerable con respecto al mismo periodo del año anterior.
De mayo a agosto se destinaron unos 386.591 millones de guaraníes para financiar el aumento de las tasas de interés. En el mismo periodo del año anterior esta cifra fue de 94.581 de guaraníes. En dólares, esto significa que en el segundo cuatrimestre se destinaron alrededor de 95.000.000.
El informe señala que la inflación se ha moderado en los últimos meses.
En el segundo cuatrimestre del 2022, el promedio de la inflación mensual fue 0,4%, inferior al promedio de 1,3% observado durante el primer cuatrimestre. En términos interanuales, la inflación total alcanzó 11,8% en abril, a partir del cual fue desacelerándose hasta ubicarse en 10,5% en agosto.
Los mayores gastos para el BCP van de la mano con el fuerte incremento que se tuvo en las tasas de interés durante este año, llegando al 8,5% anual.
El BCP cuenta con dos instrumentos para implementar esta política. En primer lugar, las operaciones de mercado abierto, emitiendo Instrumentos de Regulación Monetaria (IRM). En segundo lugar, el Encaje Legal, representado por una tasa que se aplica sobre el promedio de los depósitos en moneda nacional y en moneda extranjera.
Si bien se espera que el aumento de las tasas de interés vaya perdiendo relevancia como política de contención a la inflación tanto en Paraguay como a nivel global, los costos continuarán altos por lo menos hasta 2023.
La dependencia externa sigue siendo elevada. De hecho el propio Comité de Política Monetaria (CPM) señala que durante el anterior cuatrimestre mantuvo alzas de la tasa referencial de corto plazo, aunque a un menor ritmo, ya que los menores precios internacionales de los commodities alimenticios y del petróleo contribuyeron a disminuir las presiones sobre los precios locales.
Por otro lado, la mala noticia es el empeoramiento de la crisis alimentaria reflejada en la persistencia de los precios de alimentos combinada por la pérdida acumulada del poder adquisitivo de los ingresos y el estancamiento del empleo.
Frente a este contexto global que se traslada a nivel nacional, esta medida monetaria altamente costosa no está siendo complementada por otras que contribuyan a la producción de alimentos sanos y baratos para mitigar en parte la crisis a nivel microeconómico.
Otros indicadores oficiales dan cuenta de la reducción de la inversión en la agricultura, lo que afecta de manera directa a la oferta de alimentos y a sus precios internos.
Paraguay lleva más de una década con tasas de inflación de alimentos superiores al promedio nacional, por lo que han sido invisibilizados sus efectos en la calidad de vida. El problema se acrecentó en los últimos años, agravado por el aumento de los precios de la energía. La política monetaria que está implementando el Gobierno no solo es costosa sino que además tiene efectos contraproducentes en el sector real. por lo que las autoridades económicas deben implementar otras de carácter estructural y de largo plazo para enfrentar los efectos de la inflación.
Ya nos hemos dado cuenta de que la estabilidad macroeconómica por sí sola no se refleja en mejores condiciones de los hogares y en el mercado laboral, por lo que es urgente que las autoridades económicas mejoren sus diagnósticos y avancen en soluciones acordes con la complejidad de los fenómenos que afectan a Paraguay.