Hacinamiento, falta de agua potable y sin sistemas de alcantarillado sanitario son condiciones comunes que afectan a centenares de los asentamientos urbanos. “¿Qué pasaría si alguien se enferma de coronavirus en un asentamiento?” es la pregunta que se hacen los pobladores de estos territorios que –debido a su situación socioambiental– podrían constituirse en focos de contagio.
Solo en Asunción y área metropolitana hay más de 400 barrios populares, donde viven al menos 250.000 personas, de acuerdo a datos proveídos por una red de organizaciones civiles creada recientemente, compuesta por entidades que trabajan hace tiempo en barrios carenciados.
Es por eso que urgen al Gobierno implementar un protocolo para reducir riesgos de transmisión del Covid-19, así como mecanismos de respuesta ante cuadros positivos que lleguen a aparecer.
La red, integrada por WWF, Hábitat para la Humanidad, Techo Paraguay, entre otros, está desarrollando una propuesta de Estrategia Nacional de Resiliencia en Asentamientos Precarios, cuyos delineamientos ya fueron presentados tanto al ministro de Salud, Julio Mazzoleni, como al ministro de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN), Joaquín Roa.
Como primera medida, plantean realizar un mapeo de todos los territorios donde hay asentamientos precarios en tres urbes principales: Asunción –Central, Ciudad del Este y Encarnación–.
Consideran clave trabajar directamente con líderes y lideresas comunitarios para aterrizar la información sobre las medidas de prevención y cuidado ante el avance de la pandemia. A la par, se planteó a la SEN la instalación de lavatorios de manos, a ser ubicados en el acceso de los barrios.
Soledad Núñez, asesora de Techo Paraguay y ex ministra de la Senavitat, explicó que la idea es prepararse ante el peor escenario para evitar los estragos que genera un contagio masivo, tal como está ocurriendo en Ecuador.
“Si se identifica un caso en un asentamiento el protocolo es construir un cordón sanitario, aislar el asentamiento, el líder ya sabe cómo reaccionar, llama al Ministerio, se aísla a la familia. Tiene que estar bien establecido y tiene que haber una capacitación en terreno ahora antes de que llegue el pico de la pandemia en caso de que se dé eso en Paraguay”, apuntó.
Aún se está a tiempo, dice, para poder manejar con cautela casos de Covid-19, pero si se dispara la información “será más difícil proteger al infectado y a su familia”.
Albergues
Estudiantes de Ingeniería y de Arquitectura que integran dicha red civil ya presentaron también al Gobierno un proyecto para “reconvertir infraestructura ociosa”, que esté próxima a los asentamientos, como albergue temporal para que tanto los infectados como su familia guarden cuarentena, sin que eso represente un riesgo de contagio para los vecinos.
Se piensa, además, buscar espacios donde aislar al grupo de riesgo: ancianos y gente con alguna enfermedad de base. Desde el inicio de la cuarentena, edificios como escuelas, parroquias, universidades, clubes, etc., quedaron sin uso. Por lo que, según mencionan, todos esos lugares pueden ser acondicionados como hospedajes provisorios.
Estudiantes de Ingeniería y de Arquitectura que integran dicha red civil ya presentaron también al Gobierno un proyecto para “reconvertir infraestructura ociosa”, que esté próxima a los asentamientos, como albergue temporal para que tanto los infectados como su familia guarden cuarentena, sin que eso represente un riesgo de contagio para los vecinos. Se piensa, además, buscar espacios donde aislar al grupo de riesgo: ancianos y gente con alguna enfermedad de base. Desde el inicio de la cuarentena, edificios como escuelas, parroquias, universidades, clubes, etc., quedaron sin uso. Por lo que, según mencionan, todos esos lugares pueden ser acondicionados como hospedajes provisorios.
Las ollas populares también pueden transfor-marse en un punto de infección: Cientos de personas acuden todos los días al mismo lugar y, por un error, puede haber un contagio masivo. Soledad Núñez ex ministra de Senavitat.