Más allá del “Sí” o “No” que cada uruguayo elegirá poner en el sobre, la votación puede valorarse como de rechazo o espaldarazo a la gestión del actual Gobierno, integrado por una coalición de cinco partidos.
En un país en el que las contiendas electorales son vividas con gran pasión, casi como si de fútbol se tratase, las encuestas no vaticinan un claro ganador y la campaña para convencer al 10% de indecisos subió su intensidad en las últimas semanas.
Muros, pancartas, banderas y pañuelos tiñeron de rosa y celeste al país en el periodo de campaña de este referéndum que los analistas han estudiado como una suerte de consulta sobre el apoyo o rechazo a la gestión del mandatario en los primeros dos años de su mandato (2020-2025) y que valora artículos que versan sobre seguridad, empresas públicas, educación o vivienda, entre otros aspectos.

Rosado y celeste son los colores asignados por la Corte Electoral a las papeletas y los comandos los asumieron para armar las campañas.
De un lado, con papeletas color rosado, el ‘Sí' impulsa dejar sin efecto la porción de disposiciones de la LUC que, según entiende la izquierda, va en contra del sentir popular; del otro, con papeletas celestes, el ‘No’ busca la defensa de una norma que, dice el oficialismo, no ha hecho sino beneficiar a los ciudadanos.
El de hoy será el cuarto referéndum a nivel nacional desde que la Constitución habilita este tipo de consulta para derogar una ley promulgada.